Predicación 28 de enero de 2018
I see you
Mateo 5:27-30
El video[i] que acaban de ver fue producido por Daniel Peláez, pastor metodista y trabajador social clínico, como parte de su trabajo para orientar sobre la adicción a la tecnología. La misma es cada vez mayor, al nivel de que el manual para diagnosticar desórdenes psicológicos (DSM V) está evaluando incluir la adicción al internet y video juegos como un desorden mental.[ii] Las investigaciones están demostrando que el uso ilimitado del internet, celulares, tabletas, videojuegos y televisión produce ansiedad, depresión, desórdenes alimenticios y pobre autoestima entre otras consecuencias. Se estima que al menos la mitad de las personas se despiertan y se duermen dándole “la bendición” al celular. Además, se estima que los jóvenes entre 11 a 18 años utilizan el celular un promedio de ocho horas diarias.[iii]
Hace unos meses el hermano Giby me dijo una frase que se me ha quedado en la mente: “la tecnología nos está acercando a los que están lejos, y nos está alejando de los que están cerca”. Hoy hablaremos sobre la tecnología y su buen uso, porque no hay duda de que la misma, mal usada, puede ser un obstáculo para lograr nuestra meta de ser una comunidad viva: una gran familia que disfruta su conexión con Dios y da frutos de testificar, servir y dar al prójimo. El compañerismo comienza con reconocer que las personas siempre son más importantes que la tecnología, y que la tecnología no nos debe controlar a nosotros, sino nosotros a ella.
Desde la perspectiva cristiana, todos los seres humanos tenemos vacíos espirituales que solo Cristo puede llenar. Si estos vacíos no se llenan con Cristo, los mismos producen una vida sin propósito, desesperanza y ansiedad. Cristo es quién transforma nuestra vida y le da sentido. Sin embargo, los seres humanos no siempre llenamos nuestra vida con Cristo, sino con cosas o personas. Nos apegamos a carros, casas, parejas, celulares, trabajo, entre otras cosas, creando así una dependencia física o psicológica con estas cosas o personas. En ocasiones, estas dependencias se vuelven adicciones, porque se nos hace muy difícil desapegarnos.
¿Por qué es difícil romper con las adicciones? Porque sirven de escape a la realidad. Ante los vacíos emocionales y espirituales que nos hacen sentir desesperanzados y ansiosos, las adicciones nos permiten tener un momento de placer intenso que nos ayuda a desconectarnos de esa realidad que no nos gusta. El problema es que estos momentos de placer son pasajeros, y cuando terminan queremos volver a experimentarlos y así mantenernos desconectados de la realidad.
Las adicciones no solo tienen un componente espiritual y emocional, sino físico. Cuando una persona experimenta placer intenso (ej. comer y relaciones sexuales) el cerebro libera una sustancia llamada dopamina, lo cual es un neurotransmisor. Esa sustancia se libera para avisarnos que la experiencia es placentera. Ante esa liberación de dopamina, el cuerpo buscará tener nuevamente esa experiencia placentera para liberar nuevamente la dopamina.
Una de las actividades placenteras que produce mucha dopamina en el cerebro es el uso de drogas. El problema es que la adicción a las drogas hace que el cuerpo se vaya haciendo tolerante a la dopamina; provocando así que se tenga que aumentar el uso y cantidad de la droga para mantener alto el nivel de dopamina, y por consiguiente el placer asociado; creando así una dependencia física de la droga.
Las investigaciones están demostrando que el uso de la tecnología, particularmente del celular, produce también altos niveles de dopamina. Eso quiere decir que el celular (ej. correos electrónicos, redes sociales, internet), al igual que las drogas, produce un placer intenso, pero pasajero, que se puede convertir en una adicción física y psicológica con mucha facilidad.
¿Cómo saber si nos estamos apegando al celular y la tecnología? Los investigadores nos dicen que el indicador primario es la cantidad de tiempo que invertimos en el celular, computadoras y videojuegos, entre otras tecnologías. En particular, nos dicen que todo aparato que tenga internet tiene mayor posibilidad de convertirse en una adicción porque el mismo es un mundo prácticamente ilimitado. Además, nos advierten que las personas más propensas son aquellas que se sienten solas, sufren de depresión o ansiedad o tienen pobres herramientas de socialización, y utilizan la tecnología para crear una realidad virtual (que solo existe en sus mentes) y escapar así de la realidad.
¿Cuáles son las consecuencias de este apego a la tecnología? Simple, una desconexión de la vida.[iv] Se crea una realidad virtual que nos desconecta del mundo real y de la gente. Perdemos oportunidades para crear relaciones saludables con la gente y aprender a manejar la vida. Esta desconexión afecta nuestra funcionalidad; nos impide cumplir con nuestros roles como empleadas, padres, hijos, estudiantes porque perdemos la capacidad de enfrentar la vida.
Los síntomas de una persona apegada a la tecnología son los siguientes: negación del apego, aislamiento, intolerancia y prisa (están acostumbrados a la rapidez de las redes), cansancio (pierden sueño), ansiedad y depresión, entre otros.
¿Cómo podemos desapegarnos del celular y la tecnología? Jesús dijo lo siguiente en una ocasión:
»Ustedes han oído que fue dicho: “No cometerás adulterio”. Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseos a una mujer, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y deshazte de él; es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y deshazte de ella; es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Mateo 5:27-30
Las palabras de Jesús en esta ocasión son una hipérbole o exageración. Esta es una forma de expresión para llamar la atención y hacer énfasis en algún asunto; no es un llamado a tomar sus palabras de forma literal. Jesús no quiso decir que había que sacarse el ojo, sino que el adulterio comienza cuando el ojo mira lo que no debe ver; y por lo tanto, para no caer en adulterio, hay que ponerle límites al ojo. De igual forma, la tecnología no necesariamente hay que eliminarla de nuestra vida, aunque haya momentos en sea necesario. A la tecnología hay que ponerle límites, porque nos puede llevar a hacernos daño y deteriorar nuestras relaciones con los demás. Hay que ponerla en un lugar en donde nosotros la controlemos a ella, y no ella a nosotros.
Les ofrezco cuatro sugerencias de cómo manejar la tecnología, pero antes veamos el video promocional de restart[v], una organización que ayuda a personas a superar la adicción a la tecnología.
- Conectémonos con Dios. Si los apegos y adicciones son producto de vacíos emocionales y espirituales, no hay otra solución que abrir nuestro corazón a Cristo para que lo llene. Para esto es importante practicar las disciplinas espirituales de la oración, lectura de las Escrituras, congregarse, entre otras.
- Pongamos a las personas primero que la tecnología. No permitamos que nuestra mente construya un mundo virtual que nos aleje de la gente. No nos aislemos, sino que busquemos espacios para socializar y aprender a relacionarnos. Ante la presencia de otra persona, guardemos el celular y dialoguemos.
- Pongamos límites. Llevemos un registro mental de la cantidad de tiempo que le estamos dedicando a la tecnología y no le dediquemos más de tiempo del necesario. Según la Asociación Americana de Pediatría[vi] los niños menores de 18 meses no deben tener exposición a la tecnología excepto para conversaciones de video, de 18 a 24 meses pueden exponerse bajo supervisión y contenido de alta calidad, de 2 a 5 años una hora al día bajo supervisión, y de 6 a 18 años dos horas al día. El no establecer límites obstaculiza el desarrollo psicomotor del niño, así como su proceso de socialización. Estos límites también incluyen que los niños no tengan computadoras o celulares en los cuartos, y mucho menos que duerman con ellos en la cama. La exposición al celular antes de dormir ha resultado perjudicial, tanto para adultos como niños.
- Dediquemos tiempo a actividades no cibernéticas. El establecer límites a la tecnología nos ofrece más tiempo para realizar actividades no virtuales. Los niños pueden hacer deportes, jugar con las amistades, tocar un instrumento, leer, entre otras actividades. Los adultos podemos cocinar, ejercitarnos, leer, pintar, entre otras.
Daniel Peláez me comentó el pasado miércoles que la preocupación mayor que existe entre los profesionales de la salud, es que la adicción a la tecnología se convierta en algo normal. Es por eso que los adultos debemos tomar la iniciativa y modelarle a las nuevas generaciones la importancia de las relaciones humanas. Daniel me reafirmó que el celular nos debe añadir, no quitar.
La película Avatar, trata de unos nativos y su lucha contra quienes quieren destruir su planeta. En su lenguaje, ellos tienen una frase oel ngati kameie, que significa “Te veo” o “I see you”. Es una frase que usan para reconocer a la persona que está frente a uno. Es mucho más que un saludo, es una reafirmación de la existencia de la otra persona. ¿Cuántas veces nuestra mirada está puesta en el celular y la televisión, olvidando así reconocer la presencia de otra persona?
Hoy somos invitados por Jesús a ponerle límites al uso de la tecnología, porque puede hacernos daño y obstaculizar el desarrollo de relaciones saludables. 1 Corintios 10:23 dice: “Todo me está permitido, pero no todo es provechoso; todo me está permitido, pero no todo edifica.” Para ser una comunidad viva hay que poner la tecnología en el lugar que le corresponde, y sobre todo poner las relaciones humanas primero. Recuerda…I see you.
[i] https://www.youtube.com/watch?v=gFdQdl6pCEo
[ii] https://www.cnbc.com/2017/08/29/us-addresses-internet-addiction-with-funded-research.html
[iii] https://www.washingtonpost.com/news/the-switch/wp/2015/11/03/teens-spend-nearly-nine-hours-every-day-consuming-media/?utm_term=.1c5ecdaa2e05
[iv] https://www.netaddictionrecovery.com/
[v] https://www.youtube.com/watch?v=QmLRkfK7ONs
[vi] https://www.aap.org/en-us/about-the-aap/aap-press-room/pages/american-academy-of-pediatrics-announces-new-recommendations-for-childrens-media-use.aspx