Por Pastor Daniel Rodríguez Figueroa
Proverbios 1:8-9 (RVC), Mt 7:12-14 (RVC)
En las pasadas semanas iniciamos la serie Sabiduría para la vida, haciendo un estudio del libro de Proverbios. Deseamos recordar que los proverbios son consejos prácticos para la vida diaria. El último tema que se trabajó fue, No dejes para mañana la ayuda que puedes dar hoy. Fue un llamado a poner nuestros talentos y dones espirituales al servicio de los demás.
Hoy hablaremos, dramatizaremos y predicaremos un tema muy importante para la vida del ser
humano. El famoso refrán que dice, El que escucha consejos, llega a viejo. Bajo este tema estaremos presentando la importancia de seguir consejos para obtener una vida saludable y capaz de sobrepasar los retos que la vida misma nos pone. Dialogaremos sobre los beneficios de seguir consejos y las dificultades que se nos presentan al no seguirlos.
Para esto, deseo comenzar con una pequeña escena la cual nos habla de las consecuencias de no seguir consejos. Había una vez… Un hijo rebelde, el cual su Padre siempre le daba consejos para que cuidara de las amistades con quien se juntaba. El hijo nunca le hacía caso y le decía que él era quien escogía los amigos que deseaba. Un día sus amigos comenzaron a decirle que, estudiar no servía de nada y que lo que si importaba era ganarse el dinero de la forma más fácil. Los amigos constantemente lo invitaban para que se juntara con ellos para poder enseñarle cómo ganar dinero fácil y tener una mejor vida. El hijo accedió y un día sus amigos lo invitaron a un lugar para enseñarle como ellos se ganaban la vida fácil. El hijo, para poder ir a ese lugar le mintió a su Padre, diciéndole que iba para el cine con una amiga que el Papá conocía, pero la verdad fue que él llegó a la casa de los amigos, los mismos que el Papá no quería que él se juntara.
Al llegar, vio a sus amigos bregando con drogas. Estando allí, la policía llegó y se los llevaron arrestados. Incluyendo a aquel hijo inocente. El Padre, ya muy preocupado vio que eran más de las 11pm y su hijo no había llegado. En ese mismo instante, llamó a la amiga con quien el hijo le había informado que estaría. Ella le comentó que no había hablado con su hijo desde la escuela. La amiga aprovechó y le dijo que desde hacían días ella estaba muy preocupada por él, ya que se estaba juntando con unos amigos que no eran buenos para él. Ella le dijo donde vivían por si acaso. El Padre de inmediato salió para aquél lugar y cuando llegó a la casa de los amigos, notó que estaba lleno de policías y observando una de las patrullas, vio a su hijo arrestado. Y automáticamente, se desmayó.
Esta pequeña historia nos plantea el resultado de las consecuencias de no seguir consejos. Se resume en lo que le sucedió a una persona por no seguir los consejos que su padre le daba y verdaderamente, por estar buscando una vida fácil, ese hijo, lo perdió todo.
El que escucha consejos, llega a viejo. Un refrán que se basa en aprender a escuchar la opinión de personas que siempre quieren lo mejor para nosotros/as. Personas que experiencias vividas, ya sean positivas o negativas. Estas personas, en su mayoría, al momento de hablarnos, intentan que tú y yo no cometamos los mismos errores que ellos/as cometieron.
El no seguir buenos consejos trae muchas dificultades a nuestra vida. Como por ejemplo estos consejos básicos de vida: No toques el receptáculo porque te dará corriente, y de repente el grito en el cielo; No juegues con fuego porque te vas a quemar, y de repente otro grito en el cielo; No brinques en la cama porque te vas a caer, y de repente… un fuerte ¡Pum! El problema de este tipo de situaciones es que la persona afectada siempre culpará a la persona que le advirtió. Algunos/as suenan así: por tu estar diciendo que me iba a dar corriente, me electrocuté. ¡Por tu culpa! Por estar diciendo que me iba a quemar, me quemé. Eso fue por tu culpa. Por estar diciendo que me iba a caer de la cama si brincaba, me caí. ¡Por tu culpa! Y lo más que nos duele de esta situación es que nos digan el famoso, ¡TE LO DIJE!
Pero es que, no sé porque extraña razón en muchas ocasiones tienen que pasar muchos golpes y tropiezos para poder aprender la lección. La cual sin duda alguna es seguir consejos. Escuchar atentamente la voz de aquellos y aquellas que desean lo mejor para nosotros/as. Por el contrario, el seguir consejos además de que es esencial en la vida, trae muchos beneficios. Ya que escuchar es el primer paso para un diálogo entre dos personas. El seguir consejos nos ayuda a no cometer los mismos errores que otros/as han cometido.
Cabe resaltar que, en este texto el proverbista asume que los padres van a hacer su parte para que el hijo/a tenga la instrucción y la disciplina que corresponden. Sin embargo, ¿qué pasa con el niño/a o con el/la joven que le falta uno de los padres? ¿Qué pasa con el hogar de una madre soltera o el de padres separados o divorciados? El proverbista asume que ambos van a actuar en forma responsable en la crianza de su hijo/a. Pero, tú y yo sabemos que hay muchos padres que no asumen la responsabilidad de orientar, enseñar y disciplinar a sus hijos/as acerca de las cosas que pasan en la vida. Antes que nuestros hijos/as lleguen a las calles como si fueran abandonados debemos actuar con prudencia y llevarles por el buen camino. Es enseñarle el fundamento sobre cual uno construye su vida. Es por eso que nuestro compromiso como padres/madres, niños/as y jóvenes es de escuchar y no abandonar los consejos de la gente que nos ama.
Cuando hacemos esto adornos de gracia serán sobre nuestra cabeza. Esto significa un símbolo de entendimiento. Un premio por escuchar y no abandonar. Y también serán collares alrededor de nuestro cuello. Como símbolo de la voluntad y el deseo por seguir consejos u ofrecerlos. Recordando que, las enseñanzas son los mejores adornos como modales públicos del carácter de una persona. También debemos recordar que los adornos mostraban la dignidad y el valor de la persona y su familia.
A través del Evangelio de Mateo, Jesús nos comenta que en la vida existen dos puertas. Una es la puerta ancha. La misma que a muchos les gusta pasar. Es aquella puerta que nos promete escapar de todo de una forma fácil. Lo que fácil viene, fácil se va.
Pero el mismo Jesús no nos aconseja tomar esa puerta. Él nos invita a tomar la puerta estrecha. Es aquella que nos invita a luchar en todo momento por lo que se quiere. Es aquella que nos lleva a la vida. Pero ciertamente, la decisión es nuestra.
Quiero finalizar con una historia de la vida real la cual recoge perfectamente lo que hemos predicado en éste día. Hoy les deseo presentar a Marc Mero, un ex luchador de la WWE. Llegó a la cima del éxito pero luego lo perdió todo. En este proceso se dio cuenta que la vida es más importante que cualquier cosa. Es desde ese momento en adelante que inicia su labor en una organización sin fines de lucro para ayudar a personas, escuelas y la comunidad. Enseñándoles el valor y el significado de la vida.
Su historia es la siguiente: Su madre estaba presente en todos sus eventos deportivos. Digamos que él estuviese jugando pelota… Su madre estaría a la parte de atrás de la caja de bateo gritando: ¡Dale duro a la bola! ¡Dale duro a la bola! ¡No te ponches! ¡No te ponches! Y él pensaba: ¡ay Dios mío! ¡Qué bochorno! Cuando llegaba a donde estaban sus amigos y ellos decían: ¿esa es tu mamá? Y él, ¡no! Nunca antes la había visto.
La realidad es que, el regalo más grande que alguna vez su madre le había dado es que ella creyó en él. Él tuvo sobredosis de drogas en tres ocasiones en las que debería haber muerto. Muéstrame tus amigos y te mostraré tu futuro, ¿cómo podemos saber esto? Él se juntaba con los perdedores y se convirtió en el mayor perdedor de todos ellos, porque se rindió por todo lo que una vez soñó cuando era niño, debido a quienes eligió para rodearse. Sus amigos le llevaban a la casa a las 2, 3, 4 de la madrugada. Borrachos y drogados. Pero un día riéndose en el carro, se detuvieron en frente del patio de su casa y dijeron: las luces de tu casa están prendidas. Y él: ¡ay Dios! Mi mamá está despierta. La verdad es que su mamá no se iba a dormir hasta saber que su hijo seguía vivo. Cuando él entró, ella le dijo: Hola, ¿cómo estuvo tu noche? Estuvo bien mamá, me voy a dormir… ¿Puedo, puedo hablarte por un minuto… Le dijo: Mamá estoy cansado. Sólo quiero ir a dormir. Y ella dijo: No te he visto en todo el día y ni en toda la noche ¿Puedes, por favor, darme un minuto? Él le dijo: Oye ¡Sólo déjame en paz! No me molestes. Lanzó la puerta del cuarto frente a la única persona que creía en él.
Después de un tiempo, él estaba en una gira mundial de lucha libre en el extranjero, y luego del combate subió a su habitación en el hotel y se quedó dormido. De repente, alguien tocó a su puerta a las tres de la madrugada. Por seguridad, observó a través de la mirilla de la puerta y pudo ver que era un organizador de la actividad, así que decidió abrir la puerta y él le dijo: Tienes que llamar a tu casa… ha ocurrido una emergencia. Se dirigió hacia el teléfono y marcó a los EEUU y dijo: Hola, ¿qué está pasando por allá? Le dijeron: no sé cómo decirte esto. Él le dijo: sólo dime lo que pasó. Entonces empezaron a llorar y le dijeron: no puedo decírtelo. Él le dijo: ¡sólo dilo! Y le dijeron: Tu madre murió.
Él solo soltó el teléfono y salió corriendo de la habitación. Bajó el elevador hasta el lobby y cuando las puertas se abrieron solo corrió hacia la calle. No había carros, no había gente, eran las tres de la madrugada. Y caminó hasta la mitad de la calle y él recuerda haber mirado hacia el cielo y sólo decir: MAMÁ… ¡lo siento tanto! Regresó a su casa para el funeral, y tenía mucho miedo en caminar hasta el ataúd, así que solo se quedó bastante atrás. Y se quedó mirando a la distancia y no dejaba de pensar: Mamá, ¡por favor despierta! ¡Por favor levántate! Y luego, finalmente, encontró el valor para llegar hasta ella, y según se acercaba podía ver a su madre por primera vez. Ella estaba tan hermosa, estaba vestida de blanco, es decir, lucía como un ángel. En seguida, se arrodillo y le dijo: Mamá, tu eres mi héroe. Todo lo que soy y todo lo que quise ser ha sido siempre gracias a ti. Me amaste tanto. Me diste la vida. Tú fuiste la única que siempre creyó en mí. ¿Y cómo te lo agradecí? Embriagándome, drogándome, siendo un cobarde, pasando el tiempo con personas que no valían la pena. ¿Para qué? Lo único que tú siempre querías hacer era hablar conmigo. Brindarme buenos consejos para que llegara a viejo. Él continuó diciendo: desearía poder hablar contigo ahora mamá. Quisiera que veas lo que estoy haciendo. Mamá, ¿por qué no pude haber sido un mejor hijo?
Papá, Mamá, Abuelo/a, Tío/a, Hijo/a, somos definidos por nuestras decisiones. Pero si nos rodeamos de gente que no aporta nada a nuestra vida, estaremos en un callejón sin salidas. Hay muchas personas que están pasando o han pasado por esta situación o por otras similares. Y todos/as sabemos que el resultado son corazones rotos, relaciones rotas, sueños rotos y hasta la propia muerte. ¿Para qué? ¿Para pasarla bien? Si aún tienes una madre o un padre, a un hijo o una hija, es un buen día para decirle cuánto los amas.
La vida entera de Marc ha girado en torno a ser rico y famoso, cómo ser millonario, cómo ganar la carrera. Para qué, para estar solo en el mundo. Él aprendió lo precioso que es el regalo de la vida y nuestras familias, y cuán rápidamente nos pueden ser arrebatadas o quitadas. Debemos aprender a vivir no en tiempos sino en momentos. No es lo que está en tu bolsillo lo más que importa, es lo que está en tu corazón que realmente importa. Amor. Solo una palabra. Hasta que alguien llega y le da un significado. ¡Ustedes son el significado!
Dios nos hace un llamado a escuchar atentamente los consejos de la gente que verdaderamente nos ama. Nos llama a tomar la puerta estrecha, aquella que aunque sea difícil, nos llevará por el camino de la vida. Porque como dice aquel viejo refrán… El que escucha consejos, llega a viejo.