Salmo 133
Hoy culminamos nuestra serie: ¡Un Jesucristo para tod@s! La meta de esta serie ha sido presentar nuestro deseo de que Jesucristo y nuestra iglesia puedan ser una opción real para todas las generaciones, pero en especial para la niñez y la juventud. Para ser una opción real, necesitamos entender las necesidades de las diferentes generaciones; con el fin de poder atenderlas. Ya hemos trabajado las necesidades de la juventud (Nadie tenga en poco tu juventud), la niñez (La niñez nos necesita), las mujeres (Un evangelio liberador), y hoy culminamos con los hombres.
Esta semana la dediqué a buscar información sobre los hombres y la iglesia. Mucha de la información que encontré estuvo relacionada con un asunto sencillo pero sumamente importante: la necesidad de que los hombres asuman responsabilidad por su vida espiritual. Las estadísticas hablan por sí solas: hay menos hombres que mujeres en la iglesia; y esto es así en cada una de las denominaciones cristianas. Muchos y muchas han tratado a través de los años de explicar algunas de las razones por las cuales hay menos hombres que mujeres en la iglesia. Les comparto algunas de las teorías que se han formulado en los pasados años para explicar esta realidad de que los hombres no están asumiendo responsabilidad por su vida espiritual, por lo tanto, son menos que las mujeres en la iglesia.
La primera teoría afirma que los hombres son más racionales que las mujeres, y por consiguiente menos emocionales. La iglesia, por otro lado, es un escenario en donde se promueve la libertad para expresar nuestras emociones al adorar a Dios y al compartir con otras personas. Según esta teoría, los hombres están buscando escenarios religiosos más racionales y menos emocionales, en donde no se vean presionados a tener que expresar sus emociones o afecto. Según esta teoría, la iglesia es muy emocional para los hombres, y por eso los hombres no participan de la misma; por lo que propone que la iglesia sea menos emocional y más racional. Aunque reconozco la importancia de que en la iglesia haya un balance entre razón y emoción, ¿tiene que ajustarse la iglesia a esta idea de que el hombre por naturaleza es racional y poco emocional para ser una opción para los hombres? ¿Acaso no es en la iglesia donde podemos educar a los hombres y a las mujeres a entender que los hombres son así porque se les ha criado para que sean así? ¿Acaso no es en la iglesia donde podemos enseñar a los hombres a expresar afecto y dar libertad a sus emociones sin que sean juzgados como suele ocurrir en la sociedad? ¿Acaso no es en la iglesia donde se deben romper con muchos de los estereotipos que hacen daño al hombre y lo limitan a ser una persona sin sentimientos y emociones? Esta teoría tiene algo bueno, nos alerta de que muchos hombres, debido a su formación, no tendrán inicialmente la confianza para expresar sus emociones en la iglesia, y que hay que entender esto y ayudarles. Sin embargo, no se puede racionalizar la iglesia.
La segunda teoría que busca explicar las razones por las cuales los hombres son menos en la iglesia, es porque la iglesia es aburrida e irrelevante para ellos. Muchos afirman que en la iglesia no se habla de los asuntos que a los hombres le interesa: el trabajo, la familia, los hijos, cómo ser padre, su matrimonio, la sexualidad, las finanzas, o cómo encontrar propósito para su vida. Según esta teoría, en la iglesia se habla de muchas cosas, pero no de los asuntos relevantes para los hombres. Tengo que reconocer que esta teoría me hizo pensar que en efecto en muchas iglesias estos temas no se hablan, y si se hablan, se trabajan de forma poco saludable, extremista o tóxica. Por lo que creo que en efecto los hombres asistirán y servirán más si la iglesia habla de lo que a ellos les interesa.
Por último, les quiero dar la tercera teoría de por qué los hombres son menos en la iglesia, o por qué los hombres no están asumiendo responsabilidad por su vida espiritual: mi teoría. Creo que los hombres son menos en la iglesia porque tienen dificultad para conectarse con otros hombres en la iglesia, y al verse solos (y en ocasiones aburridos), la experiencia de la iglesia no tiene un impacto significativo en sus vidas. Por lo que propongo que los hombres asumirían mayor responsabilidad por su vida espiritual y participarían más de la iglesia, si tienen amigos dentro de la iglesia con los cuales puedan expresar sus necesidades más profundas en un escenario más privado y seguro, hablar de temas relevantes para sus vidas y animarse unos a otros. Mi teoría es que los hombres necesitan amigos en la iglesia. Esto es lo que nos enseña el Salmo 133 cuando afirma el compañerismo y la fraternidad como elementos esenciales de la vida cristiana. Para el salmo 133 la unidad trae bendición y vida eterna.
¡Qué bueno es, y qué agradable,
que los hermanos convivan en armonía!
2 Es como el buen perfume
que resbala por la cabeza de Aarón,
y llega hasta su barba
y hasta el borde de sus vestiduras.
3 Es como el rocío del monte Hermón,
que cae sobre los montes de Sión.
Allí el Señor ha decretado para su pueblo
bendición y vida para siempre.
El Salmo 133 es un salmo que era usado por el pueblo judío durante sus celebraciones o fiestas anuales. Todos los años los judíos llegaban desde todas partes para celebrar su liberación de la esclavitud en Egipto. Durante estas fiestas las familias se unían y se afirmaba la unidad, solidaridad y la amistad a pesar de la distancia. Al igual que ocurre en nuestras familias durante la época navideña, la unidad familiar producía felicidad. Para resaltar la bendición que era la unidad, el autor del salmo hace referencia a dos imágenes muy importantes para el pueblo judío: la unción de los sacerdotes y el nacimiento de los ríos. Para el autor, la unidad del pueblo era tan importante como estos dos eventos. El salmo termina afirmando que la unidad y el compañerismo traen bendición y vida eterna.
Los hombres verán la iglesia como una opción real cuando encuentren en ella unidad, solidaridad y compañerismo. ¿Cómo las amistades ayudan a que haya más hombres en la iglesia? ¿Qué beneficio tienen las amistades cristianas a los hombres? 1) Los amigos proveen a los hombres personas con quienes expresar sus necesidades más profundas en un escenario más privado y seguro. A no todos los hombres se le hace fácil expresarse en un culto rodeado por cientos de personas, pero sí se le hace más llevadero en un espacio más pequeño e íntimo. 2) Los amigos proveen la oportunidad de hablar de temas relevantes para sus vidas (el trabajo, la familia, los hijos, cómo ser padre, su matrimonio, la sexualidad, las finanzas, o cómo encontrar propósito para su vida) que en muchas ocasiones los hombres no tienen con quién hablar, o que sencillamente no se hablan desde el altar con la frecuencia que ellos desearían. Entre amigos cristianos estos temas se dan, y de una manera más saludable que en otros contextos. 3) Los amigos ayudan a que unos a otros se estimulen y motiven a nutrir su vida espiritual. Entre amigos, son los mismos hombres los que se animan unos a otros y se comprometen unos con otros a amar a Dios y servir a los demás. Es muy probable que un amigo tenga más fuerza que una esposa o una madre para animar a un hombre a participar de la iglesia. Los amigos ayudan a que los hombres asuman responsabilidad por su vida espiritual.
Si el compañerismo, la amistad y la unidad traen bendición y vida eterna a los hombres, la pregunta importante entonces es, ¿cómo logramos que los hombres desarrollen amigos en la iglesia? Contestar esa pregunta es el reto mayor de la iglesia y del liderato de los hombres, si queremos ser una opción real para los hombres de nuestra comunidad. Le comparto dos estrategias para fomentar la amistad de hombres en la iglesia: 1) Los hombres necesitan de un escenario menos formal y más pequeño que el culto. Los cultos de adoración no proveen espacio para el desarrollo de amistades como lo puede hacer un grupo pequeño de reunión, o el que los hombres tengan actividades por su propia cuenta. Es por esto que la iglesia debe orar y apoyar la Sociedad de Hombres, ya que es el espacio que tenemos hasta el momento para que los hombres se reúnan y dialoguen sobre temas relevantes a su vida. 2) Los hombres necesitan tener iniciativa para hacer amistades. Si bien es cierto que la Sociedad de hombres les proveerá ese espacio para hacer amistades, hay que tener la iniciativa de conocer a los hombres de la iglesia. Hombres: ¿conocen ustedes a la mayoría de los hombres que asisten a la iglesia? ¿Tienen forma de contactarlos y de coordinar el verse fuera del horario de la iglesia?
Termino afirmando las palabras del salmo 133, esta vez aplicándolo a los hombres:
¡Qué bueno es, y qué agradable,
que los hombres convivan en armonía!
Allí el Señor ha decretado para los hombres
bendición y vida para siempre.
¿Queremos que la iglesia sea una opción real para los hombres de la comunidad? ¿Queremos que los hombres se integren y conecten con Dios y con la iglesia? ¿Queremos que los hombres asuman responsabilidad por su vida espiritual? Les tengo una respuesta: HOMBRES UNIDOS, JAMAS SERAN VENCIDOS…
Es una realidad. Bendiciones.