Job 38
Hoy continuamos con nuestra serie de predicaciones titulada Inconmovible: cuando todo se derrumba, Jesucristo permanece. No es fácil este momento histórico. Puede que sintamos que no tenemos algo de lo cual sostenernos, porque todo parece incierto. Sin embargo, Isaías 28:16 nos dice: “Es una preciosa piedra principal sobre la cual se puede construir con seguridad. El que crea jamás será sacudido.” En medio de las pérdidas y la incertidumbre, Jesucristo siempre es nuestra roca eterna.
Pérdidas e incertidumbre es precisamente lo que enfrenta un personaje de la Biblia llamado Job. El libro de Job es una historia que presenta la vida de un ser humano llamado precisamente Job. La vida de Job es alterada negativamente debido a una apuesta que Satán le hace a Dios de que no existía un hombre en la tierra que le siguiera siendo fiel aun en la escasez y el sufrimiento. Ante este cuadro, Dios decide quitarle a Job sus bienes y su familia para probar su fe y fidelidad. Ante la pérdida de sus bienes y su familia, comienza un debate de las razones por las cuales Job sufre y experimenta el dolor. Dentro de estos debates participan la esposa y los amigos de Job que presentan sus argumentos o discursos para explicar su sufrimiento. Estos argumentos están fundamentados en que el sufrimiento es resultado del pecado, lo cual era la visión que existía en aquel momento (teología de la retribución). Job rechaza esta teoría y comienza a probar que él es un hombre íntegro y fiel, y por tanto no hay razón para que Dios permita este sufrimiento. En otras palabras, Job cuestiona a Dios y le dice que su sufrimiento es injusto, y que no hay razón para el mismo. A todo esto, Dios permanece en silencio hasta el capítulo 38.
El capítulo 38 es la respuesta de Dios. Esta respuesta de Dios es sumamente interesante, porque Dios no le contesta a Job, tal y como Job esperaba. Dios no le dice las razones de su sufrimiento, sino que le contesta con más preguntas. Mientras Job cuestiona a Dios, Dios cuestiona a Job. Quisiera que veamos el capítulo completo, para que sintamos un poco lo que sintió Job:
»¿Dónde estabas tú cuando puse los cimientos de la tierra?
Dímelo, ya que sabes tanto.
5 ¿Quién decidió sus dimensiones
y extendió la cinta de medir?
6 ¿Qué sostiene sus cimientos
y quién puso su piedra principal
7 mientras las estrellas de la mañana cantaban a coro
y todos los ángeles gritaban de alegría?
8 »¿Quién contuvo el mar dentro de sus límites
cuando brotó del vientre
9 y cuando lo vestí de nubes
y lo envolví en densa oscuridad?
10 Pues lo encerré detrás de portones con rejas
y puse límite a sus orillas.
11 Dije: “De aquí no pasarás.
¡Aquí se detendrán tus orgullosas olas!”.
12 »¿Alguna vez has ordenado que aparezca la mañana
o has causado que el amanecer se levante por el oriente?
13 ¿Has hecho que la luz del día se extienda hasta los confines de la tierra
para poner fin a la perversidad de la noche?
14 A medida que la luz se aproxima,
la tierra va tomando forma como el barro bajo un sello;
se viste de brillantes colores.
15 La luz molesta a los malvados
y detiene el brazo que se levanta para hacer violencia.
16 »¿Has explorado las fuentes donde nacen los mares?
¿Has recorrido sus profundidades?
17 ¿Sabes dónde se encuentran las puertas de la muerte?
¿Has visto las puertas de la absoluta penumbra?
18 ¿Tienes idea de la magnitud de la tierra?
¡Dímelo, si es que lo sabes!
19 »¿De dónde viene la luz
y adónde va la oscuridad?
20 ¿Puedes llevar a cada una a su hogar?
¿Sabes cómo llegar allí?
21 ¡Pero claro que ya conoces todo esto!
¡Pues naciste antes de que todo fuera creado,
y tienes muchísima experiencia!
22 »¿Has visitado los depósitos de la nieve
o has visto donde se guarda el granizo?
23 (Los he reservado como armas para el tiempo de angustia,
para el día de la batalla y de la guerra).
24 ¿Dónde está el camino hacia la fuente de luz?
¿Dónde está el hogar del viento del oriente?
25 »¿Quién creó un canal para los torrentes de lluvia?
¿Quién trazó el sendero del relámpago?
26 ¿Quién hace caer la lluvia en tierra árida,
en el desierto donde nadie vive?
27 ¿Quién envía la lluvia para saciar la tierra seca
y hace que brote la hierba tierna?
28 »¿Tiene padre la lluvia?
¿Quién da a luz el rocío?
29 ¿Quién es la madre del hielo?
¿Quién da a luz la escarcha que viene del cielo?
30 Pues el agua se convierte en hielo, duro como la roca,
y la superficie del agua se congela.
31 »¿Puedes tú guiar el movimiento de las estrellas
y atar el grupo de las Pléyades
o aflojar las cuerdas de Orión?
32 ¿Puedes dirigir las constelaciones a través de las estaciones del año
o guiar a la Osa con sus cachorros a través del cielo?
33 ¿Conoces las leyes del universo?
¿Puedes usarlas para regular la tierra?
34 »¿Puedes gritar a las nubes
y hacer que llueva?
35 ¿Puedes hacer que aparezca el relámpago
y que caiga hacia donde lo dirijas?
36 ¿Quién da la intuición al corazón
y el instinto a la mente?
37 ¿Quién es lo suficientemente sabio para contar las nubes?
¿Quién puede inclinar los cántaros de los cielos
38 cuando la tierra reseca está árida
y el suelo, convertido en terrones?
39 »¿Puedes acechar la presa para la leona
y saciar el hambre de los cachorros
40 cuando están tendidos en sus guaridas
o se agazapan en los matorrales?
41 ¿Quién da comida a los cuervos
cuando sus crías claman a Dios
y andan errantes con hambre?
¿Qué le quiso decir Dios a Job con todas estas preguntas? Que al estar enfocado en sí mismo, se había olvidado de que el Dios que sustenta y cuida toda la creación es el mismo Dios que estaba con él en su sufrimiento. A pesar de que Dios no le contesta a Job directamente sus planteamientos, el simple hecho de que Dios le contestara a Job es evidencia suficiente de que Dios siempre había estado a su lado.
Lo interesante de esta historia es que Job creía conocer a Dios, pero no fue así. No es hasta que Dios le lanza todas estas preguntas, que Job realmente entiende que a pesar de que todo a su alrededor se había derrumbado, Dios había permanecido firme, estable, inconmovible. Job aprendió que en vez de estar enfocado en su sufrimiento y en sí mismo, debía estar enfocado en el Dios soberano y creador. Por estar enfocado en sí mismo y en su sufrimiento, se olvidó de poner su mirada en el Dios que siempre estuvo con él durante todas las etapas de su vida.
Hoy me pregunto, ¿dónde está nuestra mirada cuando todo a nuestro alrededor se derrumba? Job nos enseña que cuando todo se derrumba, Dios sigue ahí firme, inconmovible, aunque no lo veamos claramente. Ante esta realidad, nuestra vida no debe girar alrededor de nosotros mismos y nuestras expectativas, sino de Dios y de su promesa de estar con nosotros, aunque no se cumplan nuestras expectativas. No importa lo que perdamos, ahí estará Dios para sostenernos.
Job nos enseña que hay que mirar el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Vemos el vaso medio lleno cuando confiamos que Dios está al tanto de todas nuestras necesidades, y que, en vez de estar enfocados en las pérdidas y la incertidumbre, nos enfocamos en agradecer a Dios por su cuidado y en depender de él. Ver el vaso medio lleno nos ayudará a decir también como Job: “yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:3-5).
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro; que fue concebido del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo y la vida perdurable. Amén
-Credo de los Apóstoles