La única vez que Jesús perdió un debate fue por un asunto de racismo…
Puedes ver el mensaje haciendo click en este enlace: Jesús y los perros
Marcos 7:24-30 (NTV)
Esta semana no hay otro tema más importante, a mi juicio, que el tema del racismo. Ante este escenario, una pregunta vino a mi mente los pasados días: ¿qué nos dice la Biblia, y en particular los evangelios, acerca del racismo? La irónico de mi búsqueda es que uno de los pasajes más importantes acerca del racismo es el que narra la única vez que Jesús perdió un debate, reconoció su error y tomó una postura diferente.
Marcos 7 nos dice que:
Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro (7:24).
Para entender este texto es importante señalar que en los versos anteriores Jesús está teniendo un debate con los religiosos sobre lo que verdaderamente es impuro. En esa conversación Jesús afirma que hay prácticas, cosas o alimentos que parecen ser impuros, pero no lo son. Lo importante, según Jesús, a la hora de declarar algo impuro, es mirarnos hacia adentro y ver lo que está en nuestro corazón:
Es lo que sale de su interior lo que los contamina. 21 Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, 22 el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. 23 Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan». (7:20-23)
Acto seguido, Jesús se mueve a la región de Tiro, una ciudad caracterizada por gentiles o personas no judías; personas rechazadas por el pueblo judío por considerarles impuros. No tengamos duda que una de las razones principales por las cuales Marcos ubica esta narración luego de la de los alimentos impuros, es para dejarnos saber que allí en Tiro, Jesús también va a declarar que la gente que los judíos llaman impuros, no lo son. La narración del sordomudo (7:31-37) va en la misma dirección. Marcos quiere enseñarnos una lección acerca del racismo. Por eso continúa diciendo que (7:24-27):
No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo. 25 Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno, 26 y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija. Como la mujer era una gentil, nacida en la región de Fenicia que está en Siria, 27 Jesús le dijo:
—Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos. No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros.
Lo que usted acaba de leer es cierto. A Jesús se le acerca una mujer gentil (siro fenicia) para pedirle que sanara a su hija. La respuesta de Jesús, a pesar de que suene duro escucharlo, fue un insulto. Al ella ser gentil, Jesús le dice que su ministerio era principalmente para los judíos y no para los “perros” como ella y su familia. En la época de Jesús, “perro” era un sobrenombre que los judíos le tenían a los gentiles para afirmar su superioridad sobre ellos. Decirle a una persona “perro” era y sigue siendo un insulto. Esta semana encontré una foto que dice lo siguiente:
NO
Niggers
Mexican
Portoricans
Or dogs
Allowed
Lo interesante de todo esto es que el evangelista Marcos es consistente en afirmar a lo largo de su evangelio que estos “perros” o paganos fueron en muchas ocasiones más receptivos al mensaje de Jesús que los mismos judíos. El ejemplo más contundente es que mientras Jesús muere en la cruz es un soldado romano quién reconoce que es el Señor (15:39).
Como dije anteriormente, aunque suene duro, Jesús se equivocó con lo que dijo y la mujer se encargó de informárselo (7:28-30):
—Es verdad, Señor —respondió ella—, pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos.
29 —¡Buena respuesta! —le dijo Jesús—. Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija.
30 Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido.
¿Esto quiere decir que Jesús perdió este debate? ¿Una mujer gentil tuvo la capacidad de ayudar a Jesús a darse cuenta de su error? Si.
Sin embargo, ante la oportunidad de discriminar por razón de raza, Jesús recapacitó. Con su acción, Jesús se distanció de la tradición religiosa y social de su época que trataba a los gentiles como “perros”. Lo que los judíos llamaban impuro, Jesús lo llamó puro. Jesús escuchó a la mujer, se miró hacia adentro y cambió de conducta.
El contexto del primer siglo todavía es una realidad hoy, lamentablemente. Todavía existe la tentación en cada uno de nosotros de creernos superiores a otras personas por razón de género (sexismo, machismo), raza (racismo), nacionalidad o estatus migratorio (xenofobia), orientación sexual (homofobia), discapacidades (ableismo), entre otras. Ante esta tentación, Jesús nos invita a tres cosas:
Escuchar
Ante el discrimen que viven millones de personas en el mundo, Estados Unidos y Puerto Rico, es importante escuchar sus historias antes de juzgar y llegar a conclusiones. Sus historias nos pueden hacer cambiar de parecer, así como le sucedió a Jesús. Pero para esto hay que acercarnos con la actitud de aprender algo sobre su historia. Un video que ha llamado mi atención en los pasados días es cómo varias familias negras tienen que enseñarles a sus hijos cómo reaccionar cuando un policía se les acerca, para evitar que les hagan daño o los maten. ¿Será esto necesario?
Mirarnos hacia adentro
Al escuchar, es importante hacer un análisis de nuestros pensamientos y palabras. El lenguaje que usamos para referirnos a ciertas personas muestra evidencia de dónde nos encontramos en este asunto del discrimen. Quizás no utilicemos la palabra “perro”, pero usamos muchas otras más, y peores.
Cambiar la conducta
Luego de escuchar y mirarnos hacia adentro, hay que tomar decisiones. Dos de ellas deben ser: 1) no participar de conversaciones ni actividades que promuevan el pecado de la superioridad, y 2) alzar nuestra voz en favor de la justicia.
Algunos estarán pensando por qué predico acerca de esto “porque esto no le aplica a Puerto Rico.” El Dr. Nelson I. Colón Tarrats, presidente de Fundación Comunitaria de Puerto Rico, nos dice[i]:
Una experiencia similar a la de George Floyd en Minneapolis, ocurrió hace varios años en el área de Cupey cuando un policía mató a un joven negro. La patrulla policiaca recibió una llamada del 911 informando sobre un asalto en progreso en un Burger King. Cuando llegó el patrullero vio a un joven corriendo por la ladera detrás del establecimiento, desenfundó su arma y de diez tiros lo mató. El joven José Vega Jorge —medallista Centro americano, campeón de karate, estudiante sobresaliente y negro— perseguía al asaltante.
Otros pensarán que estos asuntos sociales no son espirituales, sino terrenales. Les pregunto, ¿y por qué Jesús dedicó tanto tiempo de su ministerio a estos asuntos? Cuando Colosenses 3:2 nos dice “pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra”, ¿acaso no son todos estos asuntos sociales, las cosas del cielo? ¿Acaso no son el amor, la paz, la justicia y la solidaridad, las cosas del cielo?
El único debate que Jesús ha perdido según los evangelios fue su encuentro con la mujer siro fenicia por un asunto racial. Si Jesús pudo escuchar, mirarse hacia adentro y cambiar de conducta, ¿por qué nosotros no?
Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. 5 Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. 6 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. 7 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Filipenses 2:3-7
[i] https://www.fcpr.org/2020/06/01/que-tiene-que-ver-con-puerto-rico-george-floyd/