Marcos 1:14-15
Continuamos con nuestra serie El camino de la cruz, aprendiendo a seguir a Jesús. La pasada semana hablamos que la vida cristiana es como un casete con dos lados: el lado A es gloria, y el lado B es cruz. Para Marcos, ambos lados son importantes, y se complementan. La pregunta que estará sobre la mesa en estos tres meses será: ¿hemos entendido lo que significa seguir a Jesús? ¿Hemos entendido que la gloria va de la mano de la cruz?
Hoy vamos a enfocarnos en las razones por las cuales Jesús tuvo que enfrentar este camino de la cruz, las razones por las cuales lo mataron. El mensaje de hoy se titula: Por eso lo mataron. ¿Fue por sus milagros? ¿O fue por su predicación? ¿Cómo fue percibido Jesús por las autoridades religiosas y políticas de su época?
Para comenzar, es importante entender que Jesús se encarnó en un contexto social particular. Palestina estaba dominada por Roma; era una colonia romana. Aunque se les permitía tener su estructura religiosa (sumos sacerdotes, escribas, saduceos, fariseos), la última palabra la tenía Roma por medio de su gobernador (Poncio Pilato) y su rey (Herodes Antipas). Tanto los religiosos como los políticos, pertenecían a la clase social alta. La mayoría del pueblo estaba en la clase social baja: pobres, enfermos, mujeres, esclavos, pastores, obreros, campesinos, pescadores. Había una pequeña clase media compuesta por comerciantes, dueños de negocios y recaudadores de impuestos.
Esta estructura social estaba diseñada para que los arriba oprimieran a los de abajo. ¿Cómo los oprimían? De muchas formas, pero una de las más importantes era económicamente. Los poderosos establecían impuestos altos a los pobres, impuestos que en muchas ocasiones no podían pagar. La ley estaba diseñada para ayudar al poderoso y cuando los pobres se endeudaban tenían que vender a su propia familia como esclavos, creando así un escenario de eterna pobreza.
En adición a este impuesto estaba el diezmo. En aquella época el diezmo era pagado al templo para sostener a las viudas, extranjeros y pobres. Sin embargo, la corrupción religiosa era tal que usaban ese diezmo para servirse a sí mismos. Los pobres tenían entonces dos impuestos: el político y el religioso. Por último, ambos grupos, políticos y religiosos se protegían mutuamente y se confabulaban para oprimir a la clase baja. El contexto social de Palestina se puede resumir de la siguiente manera: abuso de poder y corrupción.
En este contexto llega Jesús y lo primero que dice, según Marcos, es:
El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse, y crean en el evangelio!
Aunque no hay duda de que este mensaje era para todo ser humano, el mismo no se dijo en el vacío. Jesús trajo un mensaje de oposición a la opresión en que vivía el pueblo. Jesús vino a señalar el pecado colectivo de la corrupción y abuso de poder por parte de los líderes políticos y religiosos. Jesús no fue el primero en hacer esto. Los profetas del Antiguo Testamento se dedicaron a esto, y Zacarías 7:9-10 dice:
Juzguen ciñéndose a la verdad, y sea cada uno de ustedes misericordioso y compasivo con su hermano; 10 no opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los pobres; y nunca abriguen malos pensamientos en contra de sus hermanos.
Otro que trajo un mensaje de oposición a la opresión fue Juan el Bautista. Mateo 3:7-8 nos dice:
Cuando él vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: «¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? 8 Produzcan frutos dignos de arrepentimiento.
Juan criticó fuertemente esta opresión, y muchos afirman que el hecho de que Juan viviera en el desierto y tuviera una ropa muy sencilla era una forma de mostrarle al pueblo que él no era como los religiosos corruptos que estaban en el templo. Esto le costó la muerte a Juan. Mateo 14:3-8 dice:
Y es que Herodes había aprehendido a Juan, y lo había encadenado y metido en la cárcel. Lo había hecho por causa de Herodías, la mujer de Felipe su hermano, 4 pues Juan le decía: «No te es lícito tenerla.» 5 Herodes quería matarlo, pero tenía miedo porque la gente veía a Juan como un profeta. 6 En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y tanto agradó esto a Herodes 7 que bajo juramento prometió darle todo lo que ella le pidiera. 8 Ella, instigada por su madre, le dijo: «Entrégame aquí, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.»
Los eruditos bíblicos afirman que la razón principal de la muerte de Juan no fue necesariamente que denunció un asunto moral, sino uno político, ya que este matrimonio de Herodes con la mujer de su hermano tenía serias implicaciones políticas.
Jesús siguió la misma línea de Juan, y por eso también lo mataron. Cuando Jesús dice que el reino se ha acercado, no está hablando de un lugar o de un reinado político. La agenda de Jesús era liderar un proyecto caracterizado por lo contrario al abuso de poder y corrupción. Ante ese contexto social de opresión, Jesús traería un reinado de vida, justicia, solidaridad, comunidad, paz, amor y servicio a los demás, antes de ser servido. Su meta era que ese cantito de tierra en Palestina se pareciera más al sueño de Dios y menos al sueño del ser humano.
¿Qué hace Jesús para construir ese reino? Pone su atención en dos poblaciones: en los oprimidos, para darle esperanza; y en los opresores, para invitarles al arrepentimiento. Hoy solo nos concentraremos en los oprimidos. ¿Quiénes eran estos según Marcos?
- Endemoniados (1:21-28): no solo representaban una opresión física, sino que eran símbolo de personas oprimidas por poderes políticos, económicos, sociales.
- Mujeres (1:29-34): en esa época los judíos tenían una oración en las mañanas en donde daban gracias a Dios por no haber nacido gentil, ignorante de la ley o mujer. Las mujeres eran propiedad del hombre y tenían la función de procrear. La poligamia era aceptada y un hombre podía tener varias esposas para asegurar la descendencia. Si una esposa era infértil o “hacía algo vergonzoso”, el hombre tenía derecho a divorciarse de ella; derecho que no tenía la mujer. La suegra de Pedro es la primera persona que Jesús sana en Marcos, y en Lucas es la primera discípula de Jesús, antes de llamar a sus discípulos.
- Enfermos (1:40-45, 5:21-43): personas pobres sin acceso a la medicina.
- Pecadores (2:13-22): los recaudadores de impuestos eran personas que estaban en una clase social media-baja, no necesariamente porque eran pobres, sino por su reputación. Estas personas se dedicaban a trabajar para el imperio Romano recaudando impuestos. Eran judíos trabajando para el imperio que les dominaba. Eso era suficiente para llamarles traidores. Pero peor aún, cobraban impuestos de más para su lucro personal. Los recaudadores de impuestos no solo eran traidores, eran corruptos. La comunidad religiosa catalogaba a estas personas como pecadoras, porque fallaban en cumplir la ley. Leví y Zaqueo son ejemplos, y Jesús se sienta a la mesa con ellos.
- Extranjeros (7:24-30): a una mujer no judía, sino Siro fenicia, Jesús le sana su hija.
- Pequeños (10:13-15): Jesús dice que el reino es de los niños, indefensos, pobres, esclavos.
La palabra en griego para “arrepentirse” que usó Jesús es metanoia, la misma que usó Juan el bautista, y la misma significa “cambiar de rumbo”. Arrepentirse y creer en el evangelio, según Jesús, es cambiar el rumbo y en vez de usar el poder para ser servidos, usarlo para servir. ¿Ya tenemos claro las razones por las cuales mataron a Jesús? No fue solo por sus milagros que llamaban la atención y aglutinaban seguidores, sino por sus fuertes palabras hacia los opresores y su enfoque hacia los oprimidos.
¿Ustedes no creen que la iglesia y el mundo necesitan también arrepentirse, hacer un cambio de rumbo? ¿Estamos enfocados en los mismos asuntos que se enfocó Jesús? ¿Es nuestra agenda el reino de Dios? ¿Buscamos que nuestro cantito de tierra y el mundo se parezca más al sueño de Dios, más que al sueño del ser humano? ¿Estamos enfocados en los asuntos sociales de este momento histórico? ¿No creen que debemos poner nuestra atención en…(ver listado de principios sociales de la Iglesia Metodista de Puerto Rico?
Algunos piensan que estos asuntos no son espirituales, sino terrenales. Les pregunto, ¿y por qué Jesús dedicó tanto tiempo de su ministerio a estos asuntos? Cuando Colosenses 3:2 nos dice “pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra”, ¿acaso no son todos estos asuntos sociales, las cosas del cielo? ¿Acaso no son la vida, justicia, solidaridad, comunidad, paz, amor y servicio a los demás, las cosas del cielo?
Siendo honesto, creo que en ocasiones catalogamos estos asuntos sociales como terrenales como una forma de ignorarlos; porque enfocarnos en el contexto social actual, al servir a los oprimidos y señalar el pecado de los opresores, puede que nos lleve también a la cruz; al igual que le sucedió a Jesús. Construir el reino de Dios en la tierra es el camino de la cruz, y es peligroso. Sin embargo, como seguidores de Jesús, ¿tenemos otra alternativa?
He decidido seguir a Cristo
No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
La cruz está ante mí, el mundo atrás quedó
No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
El Rey de gloria, me ha transformado
No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
Algunos vuelven, yo sigo a Cristo
No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
Señor, a Ti pertenecemos. Empléanos para lo que Tú quieras, en el lugar en que Tú quieras. Sea para cumplir alguna tarea o para sobrellevar algún sufrimiento. Para ser utilizados por Ti o para ser rechazados por Ti. Para ser exaltados por Ti o para ser criticados por Ti. Permítenos estar llenos, permítenos estar vacíos. Permítenos tenerlo todo, permítenos tener nada. Libre y completamente rendimos todas las cosas a tu gloria y servicio. Y ahora, al glorioso y bendito Dios; Padre, Hijo y Espíritu Santo, pertenecemos en amor y lealtad. Así sea. Y el pacto que hicimos sobre la tierra, sea ratificado en los cielos. Amen.
-Juan Wesley