Por Pastor Samuel Estrella
Hebreos 6:17-20 (RVC)
Este año como iglesia nos hemos lanzado a proclamar y vivir el evangelio de la esperanza. Las esperanza es una herramienta que nos ayuda reconocer donde estamos para alcanzar metas, planes e ideas. Al mirar nuestro caminar cristiano nos encontramos que también contamos con ella como una ayuda en nuestra jornada de vida.
Recuerdo cuando niño; mis clases de natación, la meta era que pudiera nadar sin ningún tipo de “ayuda” (la tablita para el balance o los flotadores). Todo iba bien siempre y cuando pudiera utilizar mis recursos de apoyo para nadar. Pero llegó la última clase; donde la meta era que pudiera nadar solo, sin tabla o flotadores. Al instante el miedo me invadió pues, me tocaría hacer lo desconocido, cruzar la piscina solo sin ninguna ayuda. Mi esperanza era que no me ahogará, acto seguido localicé a mis padres con mi vista. Justo antes de que me preparara para saltar y nadar, el instructor me tomó por mis brazos y me tiró a lo hondo. Mi instinto fue hacer lo que había aprendido con la “tablita y los flotadores” (con la esperanza de llegar a donde mis padres “mi roca”); para mi sorpresa; salí nadando. Cruce así las escaleras, llegué a donde estaban mis padres; y en los brazos de ellos encontré seguridad, sabiendo que estaba en tierra firme.
La vida es similar a ese momento donde no sabemos cómo nadar en lo desconocido, pero si el Espíritu nos lanza se debe a que nosotros tenemos la capacidad para llegar a tierra firme. Estas situaciones hacen que nuestra confianza crezca, ya que ante lo desconocido nuestra esperanza está en encontrar estabilidad. En nuestro caso como cristianos, esta se convierte en un ancla, buscando la roca firme Jesús. El texto de Hebreos 6:18-20 es un aliento para una nueva generación de cristianos quienes comenzaban a apartarse de lo conocido (su religión judía) para seguir las enseñanzas de Jesús. Por tanto el aliento es para que no perdieran su fe en Cristo Jesús (pues en Él se encuentra la firmeza).
La epístola de Hebreos se considera un relato para estimular la fe de estos nuevos cristianos, quienes estaban ante una situación poco familiar para ellos. Hebreos se encuentra en la sección de epístolas en la biblia. Aunque no cumple con todas los requisitos de una carta; más bien se toma como un sermón de autor desconocido, presentando el objetivo de nuestra fe en Cristo. Se entiende que fue un texto escrito en forma de predicación donde su centro era exaltar la Supremacía de Jesús el Mesías.
En otras palabras el autor expone a esta nueva generación, quienes habían sido testigos de la persecución de la iglesia primitiva, que vale la pena vivir lo desconocido, tener tu esperanza anclada en Jesús. “Esto presentaba una incertidumbre para estos cristianos”. Su esperanza estaba siendo confrontada. ¿En qué has puesto tu esperanza?
Para ellos se les complicaba seguir las enseñanzas de Jesús y de la iglesia primitiva, era una incertidumbre, pues “traicionaban su familia, serían perseguidos, señalados, y ejecutados” por aquellos quienes perseguían a los cristianos, ésta era su inseguridad. Vale la pena perder tanto por alguien que no sabemos quien fue en realidad. Por tanto, la palabra como fin presenta que la esperanza en Jesús es el ancla segura para nuestra alma.
- ¿Quién fue Jesús, para ser una roca firme?
- ¿Por qué nuestra esperanza en Él es un ancla segura para nuestra alma?
Para entender la incertidumbre de estos cristianos, tenemos que conocer su historia, la religión del pueblo de Dios. Cuando observamos las instrucciones que Dios le entregó a Moisés para que su pueblo imperfecto se pudiera relacionar con Él fueron instrucciones específicas.
Por tanto, en el AT encontramos una de ellas. Ante la imperfección del pueblo vemos la necesidad de un mediador, un “sumo sacerdote” para que intercediera ante Dios. Una de sus funciones era entrar al lugar santísimo en el tabernáculo en el día de la expiación para ofrecer un sacrificio por todo el pueblo; con la sangre de un animal separado para el holocausto. De esta forma por años el pueblo de Israel vivió en esa relación. Donde por medio de un Mediador y un Sacrificio estos recibían el perdón de sus pecados anualmente. De manera que esto era lo conocido para estos nuevos cristianos con tradición judía, que por medio de un sacrifico anual de un sacerdotes ellos recibieran el perdón de sus pecados. Por tanto la llegada de Jesús a la tierra cumple con la función de Sumo Sacerdote. No solo para los suyos el pueblo judío; sino para que todo aquel que en El cree.
Puesto que Cristo es el Mediador y el Sacrificio (los dos en una persona) el autor y consumador de nuestra fe (3). Por eso Él es nuestro sumo sacerdote; al morir por nuestros pecados/faltas el entró al santuario celestial presentando los pecados de la humanidad. Jesús presentó su sacrificio ante la corte celestial, abogando por tu vida. A diferencia de los sumos sacerdotes del pueblo de Dios; Él no entró a un tabernáculo hecho por el hombre, ni a una réplica sino que entró al tabernáculo verdadero el celestial. Cristo fue directo al Padre, no con sangre ajena de un animal; sino que con su propia sangre. Cristo vive eternamente, su sacrificio fue una sola vez. Por esto, nuestra esperanza en Jesús es esa ancla que se puede aferrar, a una roca segura. Él tomo tu lugar, tomo tu culpa y por medio de nuestra fe, esta esperanza segura podemos ser Justos. En los momentos donde llega lo desconocido a tu vida, que no sebes a que aferrarte, ancla tu vida en la roca de salvación.
Para el autor de Hebreos es importante presentar el ancla como símbolo de firmeza y esperanza. Era necesario, brindar estímulo a esta generación de nuevos cristianos que se lanzaban a la incertidumbre de vivir una vida bajo las enseñanzas de Jesús. Por tanto, ese sacrificio de Cristo daba la esperanza de vida eterna, brinda refugio para aquellos que andan buscando refugio, pues Él es nuestra roca de salvación. Ofrece seguridad a una vida inestable ¿Cuál es tu refugio en momentos de incertidumbre?
¿En qué roca has anclado tu barca? Hoy puedes dejar a un lado las falsas esperanzas que son ilusiones de algo en que aferrase. Estás esperanzas falsas pueden ser en un concepto erróneo de tu realidad, una persona o alguna circunstancia en la que aferraste tu barca. ¿En cuál de ellas has puesto tu esperanza? Las falsas esperanzas representan todo aquello movible, inseguro; en fin todo lo que no es Cristo. Como seres humanos nos resulta fácil, poner nuestra esperanza en cosas visibles materiales, pues podemos tener una aparente seguridad. Pero hoy Dios nos dirige nuestra mirada a Cristo nuestra roca donde anclamos nuestra esperanza.
El ancla es utilizada por los marineros cuando su barca corre peligro por las fuertes mareas o necesitan detenerse en medio de su trayecto. En la vida sufrimos de momentos de incertidumbre de mareas altas, tempestades, que suelen a confundir nuestro trayecto. De manera que nuestra esperanza se puede afectar pues no conocemos que hacer, nos confunden las mareas. Lo desconocido hace que anclemos nuestra barca en diferentes lugares los cuales pensamos que son seguros.
Tu sabiduría, matrimonio, estudios, logros, ministerio, iglesia, posiciones políticas pueden ser algunas. Por tanto que al momento de la tempestad sale nuestro verdadero carácter, nuestra fe debe aumentar en estos momentos. Sabiendo que en Jesus encontramos seguridad. Anclar tu vida en Jesús le da estabilidad a tu vida, la estabilidad da descanso a tu alma.
Vivimos en una gran incertidumbre como país, nos han tirado a nadar en lo profundo en lo que no conocemos, nuestra barca va cruzando por mareas altas. Jesús es nuestra roca de salvación. El salmista David lo canto de esta forma:
Salmo 40: Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó su oído y escuchó mi clamor; 2 me sacó del hoyo de la desesperación, me rescató del cieno pantanoso, y plantó mis pies sobre una roca; ¡me hizo caminar con paso firme! 3 Puso en mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos vieron esto y temieron, y pusieron su esperanza en el Señor.
David en un momento de incertidumbre buscó refugio. En esa tempestad el sacó su ancla. Este entendió que tenía esperanza en Jehová, que le escuchará y lo sacará del hoyo. Sabes David esperó pacientemente lo que nos enseña que el proceso tardó, pero el resultado fue de bendición. Dios se inclinó y lo saco de la desesperación e incertidumbre. Por tanto su situación se convirtió en testimonio para los que le conocían, de esta forma pondrán su esperanza en Dios. Él es el que se inclina, se acerca a ti este es el resultado de la Esperanza en Él, que nuestros pies estarán firmes en la roca y cantaremos la canción de redención. Esa roca es Cristo en la cual hoy tu esperanza puede estar anclada. Una roca inconmovible en la cual no hay falsas esperanzas.
Hoy podemos poner nuestra Fe anclada en Él; es el mejor lugar donde podemos aférranos. Fuera de lo material, de lo visible, de un concepto, una situación o una persona encontrarnos que tenemos que aferrarnos a Cristo ¿Dónde está anclada tu barca? ¿Sera la esperanza en Jesús tu ancla segura?
“La fe es el ancla que se lanza en medio de un mar que a veces resulta incierto y desconocido.”