Por Pastor Daniel Rodríguez Figueroa
Isaías 60:1-6 Mateo 2:1-12
Como Seres Humanos, hay algo que se nos hace bien difícil en la vida y mucho más en éstas fechas. Los cuales luchamos entre la competencia de las tiendas y lo que realmente necesitamos o alguien necesita y lo que no. Es el gran tema de regalarle a alguien. Es una lucha muy fuerte pues no queremos caer en la tentación de malgastar nuestros recursos pero a su vez siempre hay alguien que espera que tú le regales algo.
Ayer hablaba con la mamá de mi vecina sobre cómo la habíamos pasado en éstas navidades. A lo que le contesté, ¡Espectacular! La pasé en familia. Compartiendo mucho amor, risas, alegrías y sana diversión. Y ella me dijo, oye que mucho se gasta en estas fechas y yo le dije: Bueno, yo no gasto casi nada pues trato de no caer en la trampa de las tiendas. Y ella me dijo: hoy día el consumismo nos está matando y se ha perdido el valor de los regalos. Y yo, pensando, ¡Oye, ésta doñita al parecer de alguna forma leyó nuestras predicaciones de la página de samuelculpeper.com! Pero de repente ella me dijo algo muy profundo.
Me dijo que el problema era cuando había personas que siempre esperan que tú le regales algo, en especial la niñez. Eso es cierto, le contesté. Y no necesariamente ellos siempre quieren regalos costosos sino que esperan algo de alguien. ¡Qué difícil es regalarle a alguien! Pensamos en tantas cosas y tratamos de buscar la forma de complacerles y la verdad es que en la mayoría de las ocasiones no sabemos si verdaderamente le gustó o no.
La cuestión es que siempre, al momento de regalarle a alguien, tratamos de que sea el mejor regalo. Nos esmeramos, sacamos tiempo, pensamos, analizamos y regalamos. Yo pienso que siempre que regalamos algo, detrás de ese regalo hay un porqué. Pues básicamente el regalo en sí mismo no hace nada ni dice nada. Es la acción o el sentimiento por el cual ese regalo cobra sentido.
Entonces, ¿con qué sentido es que regalamos las cosas? A veces, con el sentido de amor, respeto, agradecimiento, recompensas, buena conducta, logros. Pero en otras ocasiones es por salir del paso, por el qué dirán, por el orgullo o por tratar de comprar a alguien, por complacer, por envidia o por apariencias.
Deseo mostrarte un video el cual recoge muy bien lo que deseo explicarte. https://www.youtube.com/watch?v=5egLxg_7mg0
Dicho video nos pone en perspectiva lo que realmente es y no es el mejor regalo. En este experimento los niños realizaron dos cartas, una para los reyes y otra para los padres. Y cuando le tocaba escribirle a los reyes, vaciaron la lista pero cuando le dijeron que realizaran una carta a su padres, no sabían que escribirle. Pero en ese justo momento comenzaron a escribir los regalos que realmente necesitaban. Curiosamente, ninguno conllevaba dinero sino compartir en familia, más tiempo con ellos, que le hicieran caso, que le hicieran cosquillas, que estuvieran juntos, que cenaran con ellos que jugaran más con ellos.
Los padres siempre pensando en regalarle lo mejor cuando el mejor de los regalos son ellos mismos. Así nos pasa en la vida, malgastamos horas y horas tratando de conseguir el mejor regalo y no entendemos que somos nosotros mismos. El problema mayor es que sin darnos cuenta estamos colocando cosas u objetos antes que relacionarnos con los demás.
La necesidad se puede ver cuando les preguntan a los niños y niñas que si tuvieran la oportunidad de escoger entregarles la carta a los reyes o a sus padres, a quién se las entregarían. Evidentemente, deciden entregársela a sus padres. Pues la necesidad sentimental/emocional siempre es mayor que la material.
Del mismo modo, utilizando como base las lecturas bíblicas de hoy, podemos recordar y revivir ese acontecimiento tan especial, el nacimiento del niño Jesús. Podemos observar cómo se cumple la profecía del Antiguo Testamento la cual nos muestra que de Belén saldrá el único rey que podrá salvar al mundo. Llegarán hacia él guiados por una estrella y le entregarán los mejores regalos.
Las preguntas que se levantan en ésta hora son, si hoy fuera esa noche ¿qué harías? ¿Seguirías tú la estrella? ¿Qué impulsaría cada paso sin tener una idea clara de qué encontrarías? ¿Tendrías suficiente fe para encontrar al rey? ¿Darías lo que te dijera el corazón?
Cuando analizamos la historia del nacimiento de Jesús nos damos cuenta de que unos personajes vinieron desde muy lejos para dar su mejor regalo. A ellos les conocemos como los sabios, los reyes o magos del oriente. ¡Qué extraño nos parece que unos magos de oriente se lanzaran a la búsqueda de un rey desconocido!
El término mago es muy ambiguo y designaba a toda clase de sabios en la antigüedad, especialmente a los que se dedicaban a la astronomía. Estos magos asociaron la aparición de la estrella con el acontecimiento de un gran evento y sintieron la necesidad de hacer un viaje extraordinario. Con el paso del tiempo surgió toda clase de leyenda acerca de estos misteriosos seguidores de una estrella. Y hasta les pusieron nombres: Uno se llamaba Gaspar, otro Melchor y el tercero, que al parecer era de raza negra, se denominaba Baltasar. Más adelante les pusieron coronas y les llamaron los reyes magos. También se dijo que eran tres por los tres regalos que le hicieron a Jesús: oro, incienso y mirra.
Según el relato bíblico no podemos afirmar cuáles eran sus nombres, ni cuántos eran. Tampoco si eran de piel oscura o blanca y menos aún que fueran reyes. Solo podemos decir que al parecer Dios tenía su gente reservada para recibir a Jesús.
Lo que sí sabemos es que ellos viajaron miles de kilómetros para ver al rey de los judíos. Y cuando lo encontraron reaccionaron con gozo y adoración y le dieron regalos. Una forma muy diferente a la cual estamos acostumbrados a reaccionar hoy día. Nosotros/as esperamos que Dios venga a buscarnos. Que se dé a conocer. Que demuestre quién es y que nos de regalos.
Pero los que son sabios todavía buscan a Jesús y lo adoran, no por lo que puedan conseguir, sino por lo que él es. Es por eso que los magos le dieron estos regalos pues eran presentes valiosos para el futuro rey. Los estudiosos de la biblia han visto en los regalos, símbolos de la identidad de Cristo y lo que él podría lograr.
El oro era un regalo digno de un rey. El incienso era un regalo para una divinidad y la mirra era una especie que se usaba para el aceite de ungir. Los reyes le ofrecieron presentes y adoraron a Jesús por lo que él era. Esa es la esencia de la verdadera adoración: honrar a Cristo por su persona y estar dispuestos/as a darle lo que consideramos valioso. Lo cual sin duda es el mejor regalo.
En éste nuevo año si tuvieras la oportunidad de escoger el mejor regalo, ¿qué regalo te gustaría recibir? Quizá ropa, prendas, aparatos electrónicos, dinero, carro o una casa. Pero si cambio la pregunta a ¿Qué esperas que Jesús te regale en este año? Quizá un trabajo, un ministerio, salud, que tu familia encuentre al Señor, la salvación, etc. La verdad es que siempre estamos acostumbrados/as a este tipo de preguntas. Pero vamos a cambiar los papeles, ahora será Jesús el que le pida a ustedes.
¿Qué tú le vas a regalar a Jesús? Haciendo la salvedad de que él no necesita nada de nosotros/as pero la acción y la responsabilidad de ésta pregunta nos pone en perspectiva lo mucho que nos falta por hacer.
Él te dice: Regálame. Que la taza de divorcios este año sea menor. Quita de tu hogar todo acto de violencia. Que pueda verte compartiendo más con tus hijos/as y familiares. Un poco de tu tiempo pues todos los días te busco más tú sigues corriendo. Regálame tu corazón. Regálame más pasión por hablar de mí. Que tus acciones y decisiones demuestren que realmente vivo en ti. Que todo el mundo sepa que soy el centro de tu vida.
Hoy deseo expresar a través de una canción que escribió Adrián Roberto el reto mayor de nuestras vidas y de ésta predicación. El cuál es entregarnos por completo como el mejor regalo para Jesucristo.
Si fuera hoy esta noche, ¿Qué harías? Seguirías tú la estrella.
¿Qué impulsaría cada paso sin remota idea? Sin saber que encontrarías.
Tendrías suficiente fe para encontrar al rey, darías lo que te dijera el corazón.
¿Qué dirías frente a él? sabrías que importante es, recordarías siempre este momento.
Que tan fuerte latiría este corazón que en un futuro el rey del mundo ocuparía.
Tal vez no tengas nada para darle, no tienes que impresionarle.
No está esperando nada que no puedas darle, más bien quiere a ti entregarte.
La gracia y el perdón que necesitas hoy, lo que tu corazón por siempre anheló.
(Qué dirías por: Adrián Roberto)
Gracias Pastor Daniel por iluminarnos cada vez con tus mensajes llenos de inspiración. Que hermoso! Este es el verdadero significado de la navidad! Jesus quien nació en belén y en nuestros corazón y a El le debemos nuestra dedicación, adoración y amor.