Proverbios 3:27-28
El pasado domingo comenzamos la serie SABIDURIA PARA LA VIDA, un estudio del libro de Proverbios. Los proverbios son una invitación a escoger el camino de la sabiduría. No son un asunto teórico, sino un llamado a poner en práctica los valores del Reino de Dios (honestidad, perdón, prudencia, amor, paz, respeto, dignidad, decoro y justicia) y disfrutar de la vida plena que viene al practicarlos. Los proverbios son sabiduría para la vida diaria, y para la vida plena.
La pasada semana también hablamos que el camino hacia la sabiduría comienza con tener temor al Señor: acercarnos con humildad a Dios para que nos transforme. El ser humano está llamado a la santificación: la transformación que el Espíritu Santo hace en nosotros/as que nos lleva a dejar la vieja vida (actitudes, pensamientos y acciones contrarias a las enseñanzas de Jesús) para comenzar una nueva vida en Cristo. Esta santificación no es una opción para el creyente. Todos/as somos llamados/as a exponernos a las enseñanzas de Jesús, reconocer que somos una obra en proceso de construcción y abrirnos a cambiar en la dirección en que el Espíritu nos guíe.
Escoger la sabiduría es eliminar el “yo soy así” de nuestra vida, y abrirnos a la transformación. Hay un dicho que dice: “Una persona que se despierta espiritualmente ya no puede vivir con el mismo patrón de conducta antiguo, igual que una mariposa no puede volver a vivir como una oruga”.
Una de las grandes transformaciones o cambios que Dios quiere hacer en nuestra vida es transformar el “yo” por un “nosotros”. Es cambiar nuestra forma de pensar y actuar de manera que nuestra vida no gire alrededor de nosotros/as mismos/as, sino de Dios y de los demás. Dios no quiere transformarnos para que nos descuidemos a nosotros/as mismos/as, sino para que no descuidemos a nuestro prójimo. Seguir a Cristo es la experiencia de imitar a Cristo que dedicó su vida a servir a los demás: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” Marcos 10:45.
¿Cómo es que podemos ser como Cristo y servir a los demás? Utilizando nuestros talentos y dones espirituales para transformar vidas, la iglesia y la comunidad. Cuando hablamos de talentos, nos referimos a las capacidades que Dios nos ha dado para hacer algo bien. Podemos descubrir nuestros talentos cuando completamos la siguiente frase: “Soy naturalmente bueno/a…”. Talentos son habilidades que nos distinguen y nos permiten hacer algo con excelencia. Podemos tener talentos para cocinar, hablar, bailar, escribir, jugar futbol, administrar un negocio, entre otras cosas.
Lo particular de los talentos es que pueden o no ser dedicados para transformar vidas, la iglesia y la comunidad. Los talentos están bajo nuestro control, y nosotros/as decidimos si los usamos para servir a los demás. Por ejemplo, en la NBA (National Basketball Association) hay actualmente 450 jugadores. Todos y cada uno de ellos tienen un talento extraordinario para jugar baloncesto. Ahora bien, no todos estos jugadores utilizan su talento para servir a los demás. Imagino que la gran mayoría utiliza su talento para sus necesidades personales, pero solo un grupo de estos jugadores intencionalmente cambia el “yo” por el “nosotros”.
Un caso muy conocido lo es Dikembe Mutombo; miembro del salón de la fama de la NBA. Mutombo, quién es original de África, ha desarrollado una fundación para crear hospitales y escuelas en su ciudad natal. Mutombo decidió usar su talento para crear mejores condiciones de vida para su gente en África. En una entrevista acerca de su labor comunitaria, Mutombo dijo lo siguiente: “Existe un proverbio en África: Cuando tomas un elevador para ir hacia arriba, siempre tienes que recordar enviarlo de regreso hacia abajo. Ésta es mi forma de enviarlo de regreso hacia abajo.”
Ahora bien, los talentos son diferentes a los dones espirituales. 1 Corintios 12 dice: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.5 Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. 7 Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada uno para provecho. 8 A uno el Espíritu le da palabra de sabiduría; a otro, el mismo Espíritu le da palabra de ciencia; 9 a otro, el mismo Espíritu le da fe; y a otro, dones de sanidades; 10 a otro más, el don de hacer milagros; a otro, el don de profecía; a otro, el don de discernir los espíritus; a otro, el don de diversos géneros de lenguas; y a otro, el don de interpretar lenguas; 11 pero todo esto lo hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular, según su voluntad.”
Los dones espirituales, a diferencia de los talentos son capacidades que Dios otorga a quienes creen en Jesús como Señor. Los dones espirituales son regalos del Espíritu Santo para quienes pertenecen al cuerpo de Cristo, y siempre operan bajo la dirección del Espíritu Santo. El Espíritu Santo otorga estos dones para equipar a la iglesia para la misión que tiene de hacer discípulos/as de Cristo para transformar todo lo creado. Toda persona que cree en Jesús es parte del cuerpo de Cristo, y ha recibido al menos un don de parte de Dios. Eso quiere decir que en adición a todos los talentos que cada uno/a de nosotros/as pueda tener, al menos tenemos una capacidad especial que fue dada por Dios para utilizarla en el cuerpo de Cristo.
Según la Biblia los dones espirituales son los siguientes: administrar, fe, hospitalidad, sanidad, apostolado, discernimiento, pastorear, liderar, dar, conocimiento, profecía, enseñar, evangelizar, ayudar, misericordia, sabiduría, milagros, exhortar, alentar, lenguas e interpretar lenguas. Todos/as y cada uno/a de nosotros/as tiene al menos uno de esos dones, porque el Espíritu se lo otorgó al creer en Jesús.
¿Cómo descubrimos cuál es nuestro don o nuestros dones? Primero que nada, creyendo en Jesús y en la obra del Espíritu Santo que otorga dones. En segundo lugar, orando y pidiendo dirección, estudiando la Biblia, buscando asesoría pastoral, conociendo la iglesia y cómo sirve, probando en diferentes ministerios, preguntando a otras personas, completando autoevaluaciones, pensando en aquello que nos apasiona y causa alegría, buscando la confirmación de la iglesia, evaluando el resultado de nuestras participaciones, entre otras formas.
¿Cuál es el llamado que nos hace la Biblia al identificar nuestros talentos y dones espirituales? Proverbios 3:27-28 nos dice «No te niegues a hacer los favores debidos, cuando en tu mano esté el hacerlos. Si hoy puedes ayudar a tu prójimo, no pospongas la ayuda para mañana.» Además, 1 Pedro 4:10 nos dice “Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones.” En breves palabras: nuestros talentos y dones espirituales deben dedicarse para servir a los demás, y así transformar vidas, la iglesia y la comunidad. Deben usarse para hacer la diferencia en la vida de otras personas. Esto traerá plenitud y sentido a nuestra vida.
En nuestra iglesia existen muchas personas que han puestos sus talentos y dones espirituales al servicio de los demás. ¿Quieren ejemplos? Shara y su equipo usan su don de enseñar por medio de la Escuela Bíblica. Nilda, Noemí y su equipo usan su don de misericordia por medio del ministerio de Cuidado Congregacional. Minerva, Loida y su equipo usan su don de ayudar por medio del ministerio de Servicio Comunitario. Minerva y su equipo usan su don de administrar en el ministerio de Finanzas. Cesar y Gabriela usan su don de exhortar al predicar. Margie y su equipo usan su don de hospitalidad por medio del ministerio de Bienvenida.
¿Cuáles son tus talentos? ¿En qué eres bueno/a? ¿Cómo puedes poner tus talentos al servicio de los demás? ¿Cuál es tu don espiritual? ¿Cómo puedes poner tu don espiritual para ayudar a la iglesia a cumplir su misión de construir una comunidad cristiana en donde personas cristianas y no cristianas puedan conocer, amar y servir a Dios para convertirse así en discípulos de Cristo? ¿Cómo puedes poner tu don espiritual para ayudar a la iglesia a alcanzar su sueño de transformar vidas, la iglesia y la comunidad?
No dejes para mañana la ayuda que puedes dar hoy.