Proverbios 1:1-7
Hoy comenzamos nuestra nueva serie de predicaciones SABIDURIA PARA LA VIDA, basada en el libro de Proverbios. Proverbios es uno de los libros favoritos de muchas personas, junto con el libro de los Salmos. Incluso, personas que no son cristianas disfrutan de los Proverbios porque son frases cortas que contienen mucha sabiduría para la vida diaria. Esta serie será precisamente una oportunidad para exponernos a esta sabiduría de la Biblia, de manera que podamos ponerla en práctica en nuestra vida diaria; a la vez que disfrutamos de la plenitud de vida que viene al practicarla. La sabiduría será para la vida diaria, y para la vida plena. Hoy, veremos que en la vida hay dos caminos: el de la sabiduría y el de la insensatez; y que somos llamados a escoger el primero.
Proverbios es parte de los libros de sabiduría de la Biblia, de los cuales los más importantes son: Proverbios, Job y Salmos. Los libros de sabiduría (literatura sapiencial) tuvieron el propósito de organizar una serie de instrucciones o consejos para que el pueblo de Israel escogiera el camino del bien, y no el del mal. Para lograr este propósito, estos libros comparan el camino del bien con el del mal, la sabiduría con la insensatez, la persona sabia con la necia. Además, presentan las consecuencias de un camino y del otro.
El fin de estos libros nunca fue uno teórico, sino práctico. El fin fue que las personas pusieran en práctica los valores divinos: honestidad, perdón, prudencia, amor, paz, respeto, dignidad, decoro y justicia. Hoy día hemos recibido estos libros y su fin sigue siendo el mismo: ayudarnos a escoger el camino del bien al poner en práctica estos valores. Este camino se escoge cuando nos abrimos a obtener la sabiduría que viene de Dios; ya que la sabiduría es un don o regalo de Dios, según la literatura sapiencial. Dios ofrece gratuitamente esta sabiduría a quienes se acercan y la piden.
Proverbios es el libro clásico y primario de la literatura sapiencial. El propósito del libro se evidencia en los versos 1:1-4: “Para entender sabiduría y doctrina, y conocer razones prudentes. Para recibir prudentes consejos, y justicia, juicio y equidad. 4 Para dar sagacidad a los incautos, e inteligencia y cordura a los jóvenes.” Proverbios es una invitación a escoger la sabiduría que proviene de Dios; y el verso 7 nos dice cómo adquirirla: “El principio de la sabiduría es el temor al Señor; los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza.”
Muchas interpretaciones se han dado a este verso 7, pero me parece una muy saludable la que presenta Samuel Pagan cuando dice que el temor al Señor «Es la forma hebrea de aludir al respeto, reconocimiento, reverencia, aprecio, devoción y humildad con que los creyentes se acercan ante Dios.» En breves palabras, el camino hacia la sabiduría comienza con acercarnos a Dios con humildad para ser dirigidos/as por Él. Por otro lado, el camino hacia la insensatez comienza con no tener temor al Señor. Según los proverbios, ambas decisiones tienen consecuencias: escoger la sabiduría traerá sentido a la vida, paz, gozo abundante, felicidad y plenitud de vida; mientras que escoger la insensatez traerá preocupación, tristeza, guerra, una vida sin sentido e infelicidad.
El camino a la sabiduría hoy sigue siendo el mismo: el temor al Señor. La sabiduría comienza con ACERCARNOS a las enseñanzas de Jesús, RECONOCER con humildad que estamos en un proceso de construcción y ABRIRNOS a recibir la dirección y transformación de Dios que nos ayudará a poner en práctica los valores del Reino en la vida diaria y disfrutar de vida plena. Miremos el camino hacia la sabiduría en tres pasos: acercarnos, reconocer y abrirnos.
Cuando hablamos de ACERCARNOS, es importante entender que necesitamos escudriñar las enseñanzas de Jesús. Ahora bien, al acercarnos a sus enseñanzas deben haber dos condiciones: consistencia y exposición. Con consistencia, nos referimos a lo importante que es acercarnos a Cristo de manera disciplinada y no solo cuando tenemos ganas. Con exposición, nos referimos a que no podemos escoger escudriñar solo algunas de sus enseñanzas, sino todas; porque todas las enseñanzas de Jesús traen vida. Cuando nos acercamos a las enseñanzas de Jesús consistentemente y exponiéndonos a todas sus enseñanzas, podremos entender su mensaje, ponerlo en práctica y disfrutar de plenitud.
Con RECONOCER, nos referimos a que al acercarnos a las enseñanzas de Jesús debemos examinarnos con humildad y recordar que nos somos discípulos/as terminados/as, sino en construcción. 1 Corintios 10:12 dice “Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”. Juan Wesley, fundador del metodismo, nos enseñó mucho sobre esto cuando afirmó que la salvación no es solo un momento, sino también un proceso llamado santificación. La santificación es el proceso de transformación para parecernos a Cristo que dura toda la vida. Al acercarnos a las enseñanzas de Jesús, necesitamos reconocer que todavía nos resta camino por recorrer.
Con ABRIRNOS, nos referimos a que al acercarnos a las enseñanzas de Jesús y reconocer lo que nos falta por crecer, debemos permitirle a Dios que nos dirija y transforme de manera que podamos ser más como Jesús. En muchas ocasiones podemos acercarnos y reconocer que necesitamos la dirección y transformación de Dios, pero no siempre nos abrimos al cambio que implica esa dirección y transformación. En ocasiones hacemos un excelente diagnóstico de nuestra vida cristiana, pero una pobre intervención o aplicación. Retrasamos u obstaculizamos la obra del Espíritu Santo en nuestra vida porque no queremos salir de la zona cómoda. Queremos ser como Jesús, pero a nuestra manera, no a la manera del Espíritu Santo. Sin embargo, abrirnos no se trata de controlar la obra del Espíritu Santo, sino de dejar que el Espíritu Santo nos controle a nosotros/as.
El resultado de acercarnos, reconocer y abrirnos, será que podremos poner en práctica los valores del Reino, a la vez que disfrutamos de vida, paz, gozo abundante, felicidad y plenitud; mientras que lo contrario traerá preocupación, tristeza, guerra, una vida sin sentido e infelicidad. ¿Quieren un ejemplo de lo importante que es escoger la sabiduría?
Jesús habló del tema del dinero en múltiples ocasiones. Solamente en el evangelio de Lucas podemos identificar varias parábolas relacionadas con el tema, entre ellas: El rico insensato (12:16-21), El mayordomo infiel (16:1-13) y Los obreros de la viña (20:9-18). El tema del dinero es común dentro de las enseñanzas de Jesús. Escoger el camino de la sabiduría y tener temor al Señor es ACERCARNOS a esos textos bíblicos sobre el dinero, RECONOCER con humildad donde estamos en relación a lo que Jesús enseñó y ABRIRNOS a la dirección y transformación del Espíritu Santo, de manera que podamos poner en práctica estas enseñanzas y disfrutar de vida plena.
¿Cuál es el gran reto con el dinero? En Portland escuché al obispo africano Ivan Abrahams decir que en la iglesia «Leemos la Biblia como si no hablara de dinero, y gastamos el dinero como si no leyéramos la Biblia.» Aunque este comentario es uno bastante absoluto, no hay duda de que en ocasiones descartamos los textos bíblicos que hablan de dinero. Incluso, en ocasiones sentimos incomodidad de que se hable de este tema en la iglesia. Como consecuencia de no ACERCARNOS a este tema, se nos hace muy difícil RECONOCER donde estamos y mucho menos ABRIRNOS a la dirección y transformación de Dios. Este es el camino de la insensatez, que tiene como resultado el apego al dinero, ansiedad por no tener certeza de que Dios proveerá y celos cuando alguien a nuestro lado prospera económicamente.
Por otro lado, el camino de la sabiduría es el que incluye ACERCANOS de forma consistente al tema del dinero, RECONOCER con humildad donde estamos y ABRIRNOS a ser dirigidos/as y transformados/as por Dios. El resultado de tener temor al Señor es plenitud de vida: libertad y desapego al dinero, paz porque Dios proveerá y alegría de la riqueza de otras personas porque lo importante no es la cantidad de dinero que tengamos sino lo que hacemos con él.
Lucas 9:7-9 nos narra el momento en que Herodes escuchó hablar de Jesús y dijo: ¡Yo mandé decapitar a Juan! Entonces, ¿quién es éste, de quien oigo decir tales cosas? Y trataba de verlo.” Herodes quería encontrarse con Jesús, quería verlo; pero no para seguirle y ser su discípulo, sino para saciar su curiosidad o quizás matarlo. En la vida cristiana tenemos la oportunidad de encontrarnos con Jesús por curiosidad o para ser sus discípulos/as. Podemos acercarnos a Jesús con el propósito de mirar sus enseñanzas como un catálogo del cual podemos escoger las enseñanzas que más nos gusten, o podemos dejar que el Espíritu Santo nos dirija y transforme de “arriba abajo”. ¿Cuál es tu propósito al acercarte a Jesús?
Hay veces que participamos de la vida cristiana con una cláusula: “yo soy así y así me quedaré”. Ese es el camino hacia la insensatez, que niega la realidad de que somos obras en proceso de construcción. El camino hacia la sabiduría es el que dice: “yo soy así, pero Cristo quiere que yo crezca y sea transformado/a.” ¿Cuál camino vas a escoger hoy? Te invito a escoger la sabiduría…para la VIDA.