Hechos 2:42-47
¡Hoy la iglesia está de fiesta! En el día de hoy recibimos once personas han decidido ser miembros de nuestra iglesia. Luego de mucha reflexión, oración y diálogo, once personas han afirmado que Jesús es su Salvador y Señor, que la vida cristiana se vive en comunidad, y que la comunidad cristiana en la cual ellos quieren perseverar es la Iglesia Metodista de Puerto Rico Samuel Culpeper (IMSC). Hoy, al recibir a estos nuevos miembros, escucharemos de ellos/as su compromiso de vivir el estilo de vida cristiano que esperamos de ellos/as. Como iglesia, hoy haremos también dos compromisos: el compromiso de apoyar a estos nuevos miembros, y el compromiso de enseñarles este estilo de vida con nuestra propia vida. Hoy afirmaremos que la iglesia es un grupo de apoyo y la escuela en donde aprendemos a ser cristianos/as. Utilizando el libro de Hechos y lo que he llamado un Tuneup espiritual, tendremos la oportunidad de afirmar esos compromisos, y de entender que ser cristiano/a se trata de un estilo de vida.
El libro de los Hechos es un libro que narra la llegada del Espíritu Santo a la comunidad que seguía a Jesús. El día de Pentecostés (llegada del Espíritu Santo) esta comunidad se convierte en la iglesia cristiana. El Espíritu Santo le da el poder para testificar acerca de Jesucristo, de manera que pudieran cumplir con su misión de hacer discípulos de Cristo a todas las naciones. Hechos 2 nos narra que el primero que predica luego de la llegada del Espíritu Santo es Pedro. Luego de su predicación, tres mil personas aceptaron a Jesús como Salvador, fueron bautizadas y se añadieron a la iglesia. Hubo un proceso muy parecido al nuestro, en donde las personas que aceptan a Jesús como Salvador son bautizadas e incorporadas a la iglesia.
Un detalle extraordinario, es que Lucas (autor de Hechos), no solo nos brinda el detalle de la incorporación de estas tres mil personas a la iglesia. Lucas nos habla de cómo fue la vida de estas tres mil personas luego de incorporarse a la iglesia. Lucas habla del estilo de vida que les caracterizó. El verso 42 nos dice que estas tres mil personas ahora se “mantenían fieles a las enseñanzas de los apóstoles y en el mutuo compañerismo, en el partimiento del pan y en las oraciones.” Al analizar este verso podemos ver que la iglesia se caracterizaba por su fidelidad, crecimiento (espiritual), el compañerismo, la adoración y la oración. Los versos 43 al 47 nos dan más detalles de estas actividades cuando menciona que “Al ver las muchas maravillas y señales que los apóstoles hacían, todos se llenaban de temor, 44 y todos los que habían creído se mantenían unidos y lo compartían todo; 45 vendían sus propiedades y posesiones, y todo lo compartían entre todos, según las necesidades de cada uno. 46 Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón,47 mientras alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos.”
En resumen, los versos 42 al 47 nos presentan que la iglesia se caracterizaba por fidelidad, crecimiento espiritual, compañerismo, adoración, oración, unidad, generosidad, alegría, sencillez y servicio a los demás. No hay duda de que esta descripción que nos hace Lucas de la iglesia parece ser muy idealista; ya que Lucas no nos habla en esos versos de los aspectos negativos de la iglesia, los cuales existían. ¿Cuál fue entonces la intención de Lucas? ¿Presentar a una iglesia perfecta? Si leemos el libro completo de Hechos nos damos cuenta que Lucas no presenta una iglesia perfecta, todo lo contrario. En estos versos Lucas hace una descripción de lo que fue el estilo de vida de los/as primeros/as cristianos/as, desde una perspectiva positiva. Lucas presentó el mejor lado de la iglesia. Sin embargo, lo que más me llama la atención es que estos versos no hacen una descripción de la teología o doctrina de la iglesia, es decir de sus creencias acerca de Dios o la vida cristiana. Estos versos son una descripción del estilo de vida. Lucas nos hace el extraordinario favor de presentarnos un retrato vivo de cómo vivía la gente que seguía a Cristo. Nos presenta la cultura, las tradiciones, el sistema de vida y las conductas que distinguían a la iglesia. Lucas presenta lo que significó ser cristiano/a en aquella época, en arroz y habichuelas.
Como iglesia cristiana del año 2015, necesitamos agradecerle a Lucas por esta descripción. Esta descripción es como un espejo en el cual nos miramos para evaluar nuestro estilo de vida. Esta descripción nos recuerda que ser cristiano/a no solo se trata de una creencia, sino de cómo esa creencia transforma nuestra conducta. Lucas nos recuerda que ser cristiano/a es creer en Jesús como Salvador, pero es también permitir que el Espíritu Santo transforme nuestra vida, de tal forma que vivamos de la misma forma en que Jesús vivió. Romanos 6:4 dice “Porque por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que así como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva.” 2 Corintios 5:17 dice “De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo!” El cristianismo es un encuentro real con el Espíritu de Dios que nos hace ser más como Cristo.
Si el cristianismo es un llamado a vivir el evangelio, y permitirle al Espíritu Santo transformar nuestra conducta, no hay duda que Dios espera que la iglesia cristiana se distinga en el mundo por un estilo de vida particular, y no solo por hablar de Dios o la fe cristiana. Por tanto, como iglesia cristiana necesitamos invitarnos unos a otros a poner en práctica nuestra fe. Santiago 1:22 nos dice: “Pero pongan en práctica la palabra, y no se limiten sólo a oírla, pues se estarán engañando ustedes mismos.” Como iglesia necesitamos invitarnos unos a otros a un estilo de vida lleno de fidelidad, crecimiento espiritual, compañerismo, adoración, oración, unidad, generosidad, alegría, sencillez y servicio a los demás, tal y como nos enseña Hechos.
Esta iglesia ha tomado la iniciativa de invitar, no obligar, a nuestros miembros a este estilo de vida. Tomando como punto de partida Hechos 2:42-47, nuestra iglesia afirma seis conductas que nos distinguen como cristianos/as. Cada vez que alguien desea ser miembro de nuestra iglesia, nosotros dialogamos con ellos/as y le explicamos estas seis conductas que esperamos de nuestros miembros. Le explicamos también que lo que esperamos es que hagan el compromiso de vivir conforme a estas seis conductas, entendiendo que el Espíritu Santo irá trabajando poco a poco en sus vidas, y que esto es un proceso. Además, le recordamos que ser miembro de una iglesia es algo voluntario, nada es obligado. Pero que si deciden voluntariamente ser miembros de nuestra, tienen que hacer el compromiso de vivir como Jesús lo hizo. Estas seis conductas son:
- Tomar tiempo diariamente para la oración y el estudio personal de las Escrituras. (ORAR)
- Asistir a cada culto, excepto cuando estoy enfermo/a o fuera de la comunidad. (ADORAR)
- Comprometerme con amistades cristianas a participar de experiencias para el crecimiento espiritual como los discipulados, clases y grupos pequeños. (MADURAR)
- Servir a Dios con mi tiempo y talento, y en al menos un ministerio. (SERVIR)
- Dar en proporción a mi ingreso, con el diezmo como meta. (DIEZMAR)
- Testificar acerca de Cristo e invitar a gente no cristiana a nuestra iglesia. (INVITAR)
La iglesia cristiana no es el templo, sino cada uno/a de nosotros/as. La iglesia es el grupo de apoyo que todo/a cristiano/a necesita y la escuela en donde aprendemos a ser cristianos/as. La iglesia no es para gente perfecta, sino para gente que está siendo transformada por la gracia de Dios. Por tal razón, cada vez que recibimos a nuevos miembros a nuestra iglesia, aquellos/as que ya somos miembros tenemos la oportunidad de recibirles con amor, y de servir de modelos de estas seis conductas. Los nuevos miembros deben ver en nosotros el compromiso con estas seis conductas, de tal forma que puedan ser animados por nosotros/as, mientras aprenden de nosotros/as. En pocas palabras, ser miembro de la iglesia incluye la responsabilidad de animar a quienes se unen, de enseñarles con nuestra propia vida el estilo de vida que estamos esperando de ellos/as, y de autoevaluar nuestro estilo de vida, de manera que podamos modelarles estas seis conductas.
Hoy será un día para animar a quienes se unen, pero también para autoevaluarnos, mediante lo que he llamado un Tuneup espiritual. En el lenguaje de la mecánica de autos, un Tuneup es una revisión periódica del auto. En un Tuneup se revisa el aceite de motor y de transmisión, filtros de aire y gasolina, bujías, cables, inyectores, y sensores, entre muchas otras cosas. Esta revisión es periódica, según el millaje o tiempo del auto. En ocasiones estas revisiones son un poco dolorosas, porque descubrimos que el auto necesita que se le cambie alguna pieza. Sin embargo, aunque costoso, un Tuneup es necesario para el buen funcionamiento del vehículo.
Para el buen funcionamiento de nuestra iglesia, hoy nos haremos un Tuneup espiritual, aunque resulte un poco doloroso en algunas áreas. Este es el Tuneup de los seis meses. Hace seis meses atrás como iglesia firmamos una tarjetita que decía YO AMO MI IGLESIA, y nos comprometimos con estas seis conductas: Orar, Adorar, Madurar, Servir, Diezmar e Invitar. ¿Cómo vamos en ese compromiso? ¿Cuáles de esas seis conductas se han dado con mayor consistencia? Preguntémonos: ¿Tomo tiempo diariamente para la oración y el estudio personal de las Escrituras? ¿Asisto a cada culto, excepto cuando estoy enfermo/a o fuera de la comunidad? ¿Participo de experiencias para el crecimiento espiritual como los discipulados, clases y grupos pequeños de escuela bíblica? ¿Sirvo a Dios con mi tiempo y talento, y en al menos un ministerio? ¿Doy en proporción a mi ingreso, con el diezmo como meta? ¿Testifico acerca de Cristo e invito a gente no cristiana a nuestra iglesia?
Hoy, recibimos once nuevos miembros. En unos instantes escucharemos de ellos/as su compromiso de vivir el estilo de vida cristiano. Sin embargo, aquellos/as que somos miembros, tenemos la oportunidad de también reafirmar nuestro compromiso de animar a quienes se unen y enseñarles con nuestra propia vida el estilo de vida que estamos esperando de ellos/as. La iglesia es el grupo de apoyo que todo/a cristiano/a necesita y la escuela en donde aprendemos a ser cristianos/as. La iglesia no es para juzgarnos, sino para ayudarnos a ser más como Cristo. No es para gente perfecta, sino para que gente que quiere ser parte de nuestra Misión de “Construir una comunidad cristiana en donde personas no cristianas y cristianas puedan conocer, amar y servir a Dios, para convertirse así en discípulos de Cristo”, y que quiere que nuestra Visión de “Vidas transformadas, Una iglesia transformada, Una comunidad transformada” se haga una realidad. ¡Felicidades a los nuevos miembros!
Necesitamos evaluarnos periódicamente. Que buena guía éste hermoso mensaje. DLB