“El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10
- Se aman incondicionalmente. Las familias saludables se aman incondicionalmente, a pesar de las diferencias que se tengan. Disentir no es dejar de amar. Cuando el amor no está en duda, las familias se mantienen unidas mientras resuelven sus conflictos y diferencias.
- Tienen un sistema para manejar sus conflictos. Las familias saludables no son familias perfectas, sino que tienen un sistema para manejar sus conflictos. Tienen ninguno o muy pocos conflictos no resueltos. Cuando hay conflictos, estos no se esconden sino que se enfrentan con fe y esperanza. Hay reglas, límites y canales para expresarse. Algunas características de este sistema para manejar los conflictos son: 1) no se crean chismes, sino que se dialoga directamente con la persona involucrada, 2) se hablan con respeto, no se gritan ni se insultan, 3) asertividad: hablan con claridad y sin rodeos, y 4) empatía: saben escucharse unos a otros.
- Expresan el afecto con libertad y regularidad. Nunca es “demasiado” al expresar amor y afecto.
- Practican el perdón. Practican el perdón…
- Tienen buen humor. Se divierten juntas, no se toman las cosas tan en serio. No se vive en constante ansiedad.