Mateo 4:18-22
“Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!». Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.” (Mateo 4:19, 20 NTV)
¿Alguna vez recibiste una oferta tan extraordinaria que no pudiste rechazar? Quizás fue un carro a buen precio, la propuesta de tu novio para casarte con él, o un Molten de Chilis. Hay ofertas en la vida que no se pueden rechazar. Eso fue lo que experimentaron cuatro hombres hace dos mil años atrás, cuando Jesús se les acercó y les hizo la oferta más importante de sus vidas. Jesús, según nos narra Mateo, se acercó a Pedro, Andrés, Santiago y Juan, y les invitó a no solo ser pescadores de profesión, sino a darle un significado mayor a sus vidas: ser pescadores de personas. Jesús les hizo la mejor oferta que se le puede hacer a un ser humano: ser un instrumento para traer salvación a otras personas.
Los seres humanos seguimos por twitter y Facebook a muchas personas (artistas, deportistas y escritores, entre otras), pero muchos todavía no hemos decidido seguir a Cristo. Ante esta realidad, la oferta de Jesús sigue siendo la misma. Todavía los seres humanos somos invitados a seguirle y a aprender a ser instrumentos para traer salvación a otras personas. Jesús sigue invitando a los seres humanos a ser discípulos y a hacer discípulos. Hoy, comenzaremos una serie de predicaciones titulada Dile Si a Cristo. Por las próximas semanas, estudiaremos diferentes encuentros que tuvieron personas con Jesús, y sus respuestas al llamado que Jesús les hizo a seguirle. Hoy comenzaremos con la historia de Mateo 4, y los cuatro pescadores que siguieron a Jesús. Ya sea que lleves mucho tiempo en el evangelio, acabes de comenzar, o todavía no hayas comenzado, mi meta es que al final de cada mensaje de esta serie le puedas “Decir Si a Cristo.”
18 Cierto día, mientras Jesús caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos —a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés— que echaban la red al agua, porque vivían de la pesca. 19 Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!». 20 Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron. 21 Un poco más adelante por la orilla, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, sentados en una barca junto a su padre, Zebedeo, reparando las redes. También los llamó para que lo siguieran. 22 Ellos, dejando atrás la barca y a su padre, lo siguieron de inmediato.
Esta escena ocurre justo cuando Jesús comienza su ministerio. Luego de ser bautizado, llevado al desierto y haber comenzado su proclamación, Jesús llama a sus primeros discípulos. Según Mateo, los primeros llamados fueron los cuatro hombres que acabamos de mencionar: Pedro, Andrés, Santiago y Juan. A estos cuatro hombres, pescadores de profesión, Jesús les hace la siguiente invitación: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas! Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.” Quisiera dividir en tres partes estos dos versos, para entender mejor lo que allí ocurrió. En esos dos versos hubo un llamado, una responsabilidad y una respuesta.
La primera parte: El llamado. “Jesús los llamó: Vengan, síganme”. Este llamado es interesante, porque en aquella época eran los discípulos los que buscaban a sus maestros, y no los maestros a sus discípulos. Jesús no sigue esa costumbre. Lo que nos deja entender que Jesús llamó a sus discípulos como una forma de hacerle ver que él era el dueño del negocio de pescar personas. Jesús fue, es y será quién invita a las personas a seguirle. Jesús es quién toma el primer paso, para recordarnos que seguirlo es nuestra respuesta a su llamado.
Segunda parte: La responsabilidad. “¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!” Todo llamado tiene una tarea; si no hubiera una tarea, no fuera un llamado. Si hubieran sido agricultores, les hubiera llamado a ser sembradores del evangelio. Como eran pescadores, les invito a usar sus redes para pescar personas para Él. La esencia del llamado de Jesús fue el siguiente: hacer discípulos de Cristo. En el vocabulario de la iglesia, fue un llamado a evangelizar: ser instrumentos para compartir las buenas nuevas de salvación a los demás.
Tercera parte: La respuesta. “Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.” En esta respuesta hay dos detalles que resaltar: La autoridad irresistible de Jesús, y la obediencia radical de los discípulos. La autoridad, convicción y seguridad de Jesús al hacerles el llamado fue de tal magnitud, que los cuatro hombres no tuvieron otra alternativa que decirle Si a Cristo.
Quisiera que prestáramos atención a dos detalles muy importantes. Jesús comienza su ministerio diciendo: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!” y termina su ministerio diciendo: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado.” Jesús comienza y termina su ministerio con el llamado, tarea o encomienda de hacer discípulos de Cristo. ¿Qué nos dice esto acerca de lo que significa seguir a Jesús? Seguir a Cristo es en esencia un llamado a hacer discípulos de Cristo, a ser instrumentos para traer salvación a otras personas, a evangelizar. ¿Cuál es la tarea primaria de quienes siguen a Cristo? Evangelizar.
¿Qué es evangelizar? Evangelizar no es manipular ni forzar a los demás para sigan a Cristo. Evangelizar es testificar e invitar. Testificamos quién es Cristo para nosotros, lo que ha hecho en nuestras vidas y las razones por las cuales le seguimos. Mientras testificamos, invitamos a otras personas a seguir a Cristo también. Jesús no manipuló ni forzó a Simón, Andrés, Santiago y Juan a seguirle, sino que les habló con tal autoridad, convicción y seguridad, que no tuvieron otra alternativa que decirle Si a Cristo. De la misma forma, evangelizar involucra testificar con tal autoridad, convicción y seguridad, de manera que nuestras palabras y acciones inviten a las personas a decirle Si a Cristo.
Si la esencia de seguir a Cristo es evangelizar, les tengo una noticia: el año 2014 va a ser el año para retomar nuestra tarea primaria o llamado principal: La evangelización. Este será el año en que aprenderemos, practicaremos y veremos los frutos de evangelizar. Será el año para invitar a otras personas a “Decirle Si a Cristo”. Por eso es que el tema de nuestra iglesia para el 2014 será “Dile Si a Cristo”. Nuestra meta principal para el 2014 será guiar a la personas a responder al llamado de Dios, que les invita a una nueva vida en Cristo caracterizada por el servicio a los demás y la generosidad. Esta iglesia será una gran red para pescar personas para Cristo.
¿Cuál ha sido, es y será nuestra misión (propósito)? Construir una comunidad cristiana en donde personas no cristianas y cristianas puedan conocer, amar y servir a Dios, para convertirse así en discípulos de Cristo. Nuestra visión (sueño) es que haya vidas transformadas, para ser una iglesia transformada y así transformar la comunidad. Nuestras tres metas principales para el 2014 serán: CRECER (Aumentar la membresía de nuestra iglesia en al menos un 10%), SERVIR (Desarrollar al menos tres proyectos de servicio comunitario) y DAR (Que el 100% del liderato y el 75% de la membresía se comprometa con el diezmo). ¿Cómo vamos a alcanzar estas metas? Diciéndole Si a Cristo y testificando acerca de Cristo con tal autoridad, convicción y seguridad, de manera que nuestras palabras y acciones inviten a otras personas a decirle Si a Cristo.
Mateo 9:35-38 nos dice que «Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino; y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. 36 Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. 38 Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos». ¿Cuantos quieren ser de esos obreros que anuncien la Buena Noticia del Reino?
Henri Nouwen nos dice: “En el planeta hay más personas fuera de la iglesia, que dentro de ella. Millones han sido bautizados, millones no. Millones han participado de la Cena del Señor, millones no. Como cuerpo de Cristo, la iglesia tiene una mayor encomienda que nutrir, apoyar y guiar a sus miembros. También está llamada a ser testigo del amor de Dios a través de Jesucristo. Antes de su muerte, Jesús oró por sus discípulos: “Yo los he enviado al mundo, como tú me enviaste a mí” (Juan 17:18). Parte de la esencia de ser iglesia es ser un testigo de Cristo para el mundo.”
Hoy Jesús nos hace la oferta más irresistible que alguna vez podamos recibir: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas”. ¿Cuál será tu respuesta? Te invito a que le digas Si a Cristo.
Como resolución del año que comienza trabajemos para alcanzar por lo menos un alma para Cristo como respuesta al llamado que Él nos hace. DLB. Titi Aida
Si a Cristo. Le abro mi corazón.