Eclesiastés 3:1-8; Mateo 5:13-16
Todo tiene su tiempo. Hay un momento bajo el cielo para toda actividad. En la Iglesia Metodista Samuel Culpeper es tiempo de nacer de nuevo, plantar, sanar, construir, reír, gozar, abrir los brazos para recibir, perdonar, amar, y hacer la paz. Sin embargo, sobre todas las cosas, es tiempo de buscar a Dios. Yo felicito en gran manera a la juventud de nuestra iglesia. Han escogido un lema para su campaña que es muy pertinente a la realidad de la juventud, pero también de toda la iglesia. Sin duda alguna, es tiempo de buscar a Dios.
Hoy, al leer el texto bíblico de Mateo, nos daremos cuenta de que necesitamos buscar a Dios, simplemente porque tenemos la misión de reflejar al mundo su luz. Cuando Mateo 5:13 nos dice “Ustedes son la luz del mundo”, nos está diciendo que tenemos la misión de reflejar al mundo la luz de Cristo que en primer lugar nos ha iluminado a nosotros. Ser luz en el mundo no consiste en brillar con nuestra propia luz, sino que es la luz de Cristo brillando a través de nosotros. Jesús dijo en Juan 8:12 “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. 1 Juan 1:5 dice: “Éste es el mensaje que hemos oído de él, y que les anunciamos a ustedes: Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna.” 2 Corintios 4:6 dice: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz, es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.” Dios es la fuente de nuestra luz. Nuestra luz, no es nuestra luz propia, sino el reflejo de la luz de Cristo. Por eso, al asumir nuestra responsabilidad de brillar en el mundo a través de nuestra vida, necesitamos comenzar entendiendo que somos un reflejo de la luz de Cristo que ya ha transformado en primer lugar nuestras vidas. Es decir, nosotros brillamos porque Cristo brilla en nuestras vidas. La pregunta es, ¿Cómo vamos a brillar con la luz de Cristo si no buscamos que esa luz primero brille en nosotros? ¿Podremos brillar y ser luz en el mundo sin primero buscar a Dios?
Ser luz en el mundo es un acto de causa y efecto: Buscamos a Dios, brillamos; no buscamos a Dios, no brillamos. Esto fue lo que le sucedió a Moisés en Éxodo 34. En un momento dado, Jehová se acerca a Moisés, como líder del pueblo, porque quería hacer un pacto con el pueblo. Jehová había hablado a Moisés en múltiples ocasiones, y ya se había mostrado al pueblo de muchas maneras. Dios tenía un gran interés es ser su Dios, y que Israel fuera su pueblo. Este interés de parte de Dios, lo llevó a pedirle a Moisés que fuera hasta el Monte Sinaí, porque en ese lugar Dios e Israel (representado por Moisés) iban a hacer pacto. Lo que sucede en ese monte es extraordinario: 28 Y Moisés estuvo allí, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches. No comió pan, ni bebió agua, pero sí escribió en las tablas de piedra las palabras del pacto, es decir, los diez mandamientos. 29 Y sucedió que, cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, no sabía que, después de haber hablado con Dios, la tez de su rostro resplandecía. 30 Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y vieron que la piel de su rostro resplandecía, así que tuvieron miedo de acercarse a él. 31 Pero Moisés los llamó, y cuando Aarón y todos los príncipes de la congregación regresaron, Moisés les habló.32 Después se acercaron todos los hijos de Israel, y Moisés les ordenó cumplir con todo lo que el Señor le había dicho en el monte Sinaí. 33 Y cuando Moisés terminó de hablar con ellos, se puso un velo sobre el rostro. 34 Cuando Moisés se presentaba ante el Señor para hablar con él, se quitaba el velo mientras estaba adentro, y al salir les comunicaba a los hijos de Israel lo que el Señor le había ordenado. 35 Al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro resplandecía; pero Moisés volvía a cubrir su rostro con un velo, hasta que entraba de nuevo a hablar con Dios.”
Moisés tuvo un encuentro con Jehová, no hay duda de eso. Aquel que tenía duda de si Moisés se había encontrado con Jehová, solo tenía que mirarle el rostro a Moisés, para apreciar que Moisés estaba reflejando la gloria de Dios, su rostro resplandecía. El rostro de Moisés no resplandecía porque Moisés tenía la piel blanca como el Pastor. El rostro de Moisés resplandecía porque había estado en contacto con Jehová. Su rostro brillaba no porque Moisés tuviera la capacidad de producir su propia luz, sino porque estaba reflejando la presencia de Dios. ¡Moisés brillaba porque había estado en contacto con Jehová! ¡Su luz, no era su luz, era la luz de Dios brillando en su rostro! Un detalle hermoso de esta hermosa experiencia, es que son las demás personas las que se dan cuenta de que el rostro de Moisés brillaba. Su luz estaba impactando al pueblo, y el pueblo podía dar testimonio de la luz que irradiaba Moisés. El pueblo podía reconocer que Moisés había estado con Jehová, que había tenido un encuentro con Dios.
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una montaña no puede ocultarse. 15 Tampoco se enciende una lámpara de aceite y se tapa con una vasija. Al contrario, se pone en el candelero, de manera que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Pues así debe alumbrar la luz de ustedes delante de los demás, para que viendo el bien que hacen alaben a su Padre celestial” Mateo 5:14-16.
Es tiempo de buscar a Dios, porque es tiempo de brillar con la luz de Cristo. Es tiempo de buscar a Dios, porque tenemos la misión de brillar como iglesia en el lugar donde Dios nos ha puesto. Es tiempo de subir al monte para encontrarnos con la luz de Cristo. Es tiempo de encontrarnos con la presencia de Dios. Es tiempo de que la gloria y la presencia de Dios se impregnen en nuestras vidas, de tal manera que la gente a nuestro alrededor puedan reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas. Es tiempo de buscar a Dios porque el propósito de esta iglesia es brillar, resplandecer, alumbrar este barrio y este pueblo. Es tiempo de buscar a Dios y subir al monte porque hay oscuridad a nuestro alrededor y la luz de Cristo necesita alumbrar a través de nosotros. Es tiempo de buscar a Dios porque esta iglesia no fue creada para estar oculta, sino para alumbrar y traer luz a esta comunidad.
Es imposible brillar, alumbrar y ser luz si nuestra luz está apagada. Es imposible brillar, alumbra y ser luz si no estamos buscando a Dios. Es imposible que nuestros rostros brillen con la gloria, la presencia y la luz de Cristo, si no hemos subido al monte para encontrarnos con Dios. Esto es un asunto de causa y efecto: Buscamos a Dios, brillamos; no buscamos a Dios, no brillamos. La iglesia no podrá cumplir con su misión de brillar, alumbrar y ser luz, si en primer lugar no está buscando el rostro de Dios.
¿Cómo vamos a buscar a Dios? Hay que subir al monte. ¿Qué significa subir al monte? Necesitamos orar diariamente. No hay iglesia que logre ser luz sin la constante oración. La oración es el principal recurso que tiene la iglesia para poder brillar. Necesitamos orar al levantarnos, al disfrutar nuestro día, y al acostarnos. Necesitamos sacar un tiempo de oración diario, en el cual no haya interrupciones. Quizás lo que puedes tener sin interrupciones son cinco minutos en la mañana, sube al monte en esos cinco minutos y luego durante el día tu rostro brillará. ¿Tienes un horario de vida muy complicado y no tienes tiempo para orar? ¿Quién tiene un horario de vida sencillo? Pregúntale a Jesús, que “su fama se extendía cada vez más, y eran muchos los que acudían a escucharlo y a que los curase de sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba a lugares solitarios para orar” Lucas 5:15. Orar en muchas ocasiones no es fácil, pero si quieres brillar con la luz de Cristo necesitas buscar la forma de establecer la oración como una prioridad en tu vida. No se trata de tener más tiempo en la agenda, se trata de establecer prioridades, de manera que la oración no sea lo último que haces en tu día, sino una parte importante de tu día. A través de la oración, subiremos al monte y la gloria de Dios hará que nuestro rostro brille, y podremos ser luz a quienes nos rodean.
¿Cómo vamos a buscar a Dios? Hay que subir al monte. ¿Qué significa subir al monte? Necesitamos leer la Palabra de Dios. Ningún libro, revista o periódico puede ser más importante que leer la Palabra de Dios. “Pastor, no tengo tiempo para leer la Palabra de Dios.” ¿En alguna ocasión has contado la cantidad de tiempo que dedicas a leer Facebook, el periódico, ENDI.COM, ver las noticias, ver novelas, leer una revista o cualquier otro libro? En ocasiones es triste ver la cantidad de tiempo que dedicamos a otras cosas, en comparación con el tiempo que dedicamos a leer la Palabra de Dios. Lo mínimo que un cristiano metodista puede hacer diariamente es leer la lectura bíblica que nos sugiere El Aposento Alto, y leer la meditación diaria relacionada con ese pasaje. Hoy día, gracias a la tecnología, podemos leer El Aposento Alto desde nuestras tabletas, celulares y computadoras. Hablando en serio…no hay excusa para no leer la Palabra de Dios diariamente. A través de la lectura diaria de la Palabra, subiremos al monte y la gloria de Dios hará que nuestro rostro brille, y podremos ser luz a quienes nos rodean.
En la mañana de hoy, quiero recordarte lo siguiente: Es tiempo de buscar a Dios. Es tiempo de buscar a Dios porque nuestra luz no es propia, sino la luz de Cristo que brilla en nosotros. Es tiempo de buscar a Dios porque como iglesia tenemos la misión de ser luz en el mundo, tenemos la misión de ser un faro que ilumine el camino de quienes nos rodean. Es tiempo de buscar a Dios, porque tenemos una misión que cumplir: Ser luz del mundo. Es tiempo de buscar a Dios porque Dios es la fuente de nuestra luz. ¿Cuántos el día de hoy nos comprometemos a subir al monte diariamente a través de la oración y la lectura de la Palabra de Dios? Yo les aseguro que si subimos al monte vamos a brillar, y si brillamos, vamos a ser una iglesia de testimonio a nuestra comunidad. Y cuando nuestra luz alumbre delante de los demás, alabarán a nuestro Padre celestial. Es tiempo de buscar a Dios, es tiempo de brillar.
Rvdo. Eric Hernández López